Salarios: De mal en peor


•“Lo mismito del año pasado, y el anterior, y el anterior…”

Una vez más, el sector político empresarial impone reajustes salariales ridículos a la clase trabajadora, tanto en el sector privado como del público, que no compensa la inflación del semestre anterior y mucho menos la venidera.

Una vez más el gobierno se burla, por completo, de las buenas intenciones del sector de la dirigencia sindical al ir a una mesa, que se supone es de negociación, para hacer análisis objetivos sobre el costo de vida y el valor real de los salarios y lo que se encuentra es la imposición autocrática del reajuste.

El “decretazo” del gobierno de un 1,84% desvaloriza aún más el salario real, el cual ha perdido su valor adquisitivo en más de un 50%, según estudios, desde 1986. Han transcurrido siete gobiernos desde entonces.

Perjudicados y abusadores

Estudios recientes señalan que “La poca confianza del consumidor y el nivel de salario real son los que empujarán a la baja el consumo de los hogares en el 2013.”, esto perjudica no solo a la clase trabajadora, sino también a las empresas y comercios que se verán afectados por el nivel de compra. Si los trabajadores no ganan bien, no pueden comprar, así de sencillo.

El 2013 recibió a los costarricenses con aumentos en el agua, la electricidad, las tarifas eléctricas, las tarifas de autobuses y por ende, el aumento de precios de productos de primera necesidad.

El mismo estudio, realizado por El Financiero, indica que “el sector de ingresos altos puede perder la confianza, pero no afectar el nivel general de consumo. Por el contrario, con las variaciones de los sectores medio y bajo de ingreso, el gasto se puede ver más influenciado.” Esto quiere decir que es la clase trabajadora la que, con su salario, puede incidir en el crecimiento del país o el ingreso a una recesión económica.

Con relación a los sectores de mayor ingreso, sin tomar en cuenta a las transnacionales y a los grandes empresarios, se encuentran los que desde el mismo gobierno reciben salarios privilegiados.

Y es que quienes pretenden, por ejemplo, que se rebajen los pluses salariales son los que devengan los salarios más altos en el sector institucional del Gobierno Central, como es el caso de la Contralora Martha Acosta, cuyo salario base es de ¢5,358,800.

También podemos analizar otros salarios abusivos como el del Gerente del Banco Nacional, Fernando Naranjo Villalobos que es de ¢18,192,848, o el del Gerente del Banco de Costa Rica de ¢13,801,200, o el del Gerente del Banco Popular de ¢12,160,233. También están los ejemplos del ex diputado y ex ministro Guillermo Zúñiga Chávez, Gerente de Bancrédito con ¢10,568,853 mensuales o el del empresario Guillermo Constenla Umaña, Presidente Ejecutivo del INS con un salario mensual de ¢5,072,151. Sin olvidar los astronómicos aumentos salariales de diputados y diputadas cada año.

Desigualdad, injusticia y protesta

Esta política de empobrecimiento, desigualdad e injusticia, aplicada desde los gobiernos por un grupo político empresarial, lleva a la extinción de la clase media. Los sectores medios ya no saben cómo cubrir sus necesidades y se endeudan cada días más. Por su parte los sectores más humildes se hunden en la pobreza extrema y las alternativas son escasas y degradantes.

Esto, inevitablemente, obligará a diversos sectores sociales a manifestarse, a protestar.

La Unión Nacional de Empleados de la Caja y la Seguridad Social, UNDECA, así como el Movimiento Sindical Costarricense no progobiernista, no se quedará con los brazos cruzados viendo como los y las trabajadoras son tratados de esta forma.
La nuestra, es la lucha por un salario digno y decente para trabajadores y trabajadoras del sector privado, de los cuales miles no reciben ni siquiera el ajuste mínimo, y para trabajadores y trabajadoras del sector público, por el derecho al trabajo y salario decente.

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