«No hay malos empleados públicos, lo que hay es malos jerarcas»


Respuesta al Ministro de Trabajo (I Parte)

Porque me alude directamente como parte de los representantes sindicales ante la Comisión Negociadora de Salarios del Sector Público, respondo la nota del Ministro de Trabajo “Diálogo y justicia” (La Naci ón, 11/03/2013) en que “invita a las dirigencias sindicales para que nos sentamos a dialogar”. En esta primera parte solo me voy a referir al asunto del desempeño laboral y dejo para otro momento el tema de la equidad salarial.

Sobre el desempeño laboral de los empleados públicos habría que referirse a varios elementos que nos alejen del enfoque simplista y hasta manipulado con que el Gobierno trata éste tema.

1) Evaden la responsabilidad de administrar. En primer lugar, la misma confesión de los responsables, sobre el fracaso de los sistemas de evaluación en casi todas las instituciones públicas, nos hace dirigir la mirada hacia los que nos gobiernan desde hace décadas. ¿De quién es la responsabilidad de velar por la administración de los recursos humanos? ¿A quién le corresponde diseñar y poner en ejecución un sistema de evaluación del desempeño? Ambas preguntas tienen una respuesta obvia: son los jerarcas de las instituciones los principales responsables del desempeño laboral de sus empleados y, en todo caso, también son responsables por evaluar adecuadamente ese desempeño. En el Gobierno Central existe una institución especializada, el Servicio Civil, que está directamente supeditada del Ministerio de la Presidencia. ¿Entonces? Da pena oír al capitán del barco echarle la culpa a los marineros por el mal rumbo del barco.

2) La eficiencia del Estado y el desempeño de los empleados públicos. El Ministro de Trabajo confunde la eficiencia del Estado con el desempeño laboral. Nuevamente elude la responsabilidad de gestión que le corresponde a los jerarcas en este asunto. La eficiencia de una institución, por ejemplo la CCSS o el Ministerio de Educación, no depende de manera exclusiva del desempeño laboral. Es que el desempeño laboral puede ser bueno y la eficiencia puede no serlo tanto, porque tiene que ver más con las variables organizaciones, y dentro de éstas, con la calidad de administración de los recursos, incluyendo los humanos. En todo caso, ¿dónde están los estudios técnicos que muestran la ineficiencia de los empleados públicos? ¿Dónde están los estudios técnicos que demuestran la ineficiencia de tal o cuál institución del Estado y dónde están las medidas propuestas por quiénes las administran? Por ejemplo, los problemas de la CCSS tienen como origen principal la mala administración, la intromisión de la politiquería en la gestión.

3)El clientelismo con los cargos públicos. Y para que se vea cuan poco sincero es del discurso de la necesidad de “vincular los incentivos salariales al desempeño” nada más tenemos que recordar cómo, en cada una de nuestras instituciones, se nombran en cargos de jefatura alta y media a personas que no tienen más atestado que el de ser “pega banderas” de tal o cual partido o familiares o allegados de tal o cual jerarca. El clientelismo político con los cargos públicos es una práctica común dentro del Estado costarricense y por supuesto que éste repercute en el desempeño institucional y laboral. Nada más perjudicial para la moral del trabajo que desempeñarse bajo las órdenes de un inepto o arribista político.

*4) Las consultorías y la sub-utilización de la capacidad instalada. *Otra práctica muy extendida en la administración pública es la de contratar “consultores externos” para realizar estudios e incluso labores que son propias de los (as) funcionarios (as) ordinarios (as). Se trata de otra modalidad de “clientelismo político” que ha creado una vasta red de “empleo” para amigos y allegados de las autoridades institucionales. Ejemplos sobran, en cada una de nuestras instituciones, de “consultores” a los que nadie mide la “evaluación del desempeño” y de los que no se conoce siquiera el resultado de su cara consultoría. En lugar de gastar sumas millonarias en consultorías se debería aprovechar la alta calificación del empleo en el sector público y aprovechar mejor la experiencia y conocimientos de sus profesionales.

Claro que el Estado requiere de cambios en la administración de los recursos humanos, incluyendo mejores sistemas de evaluación del desempeño. Nosotros creíamos que los recientes cambios impulsados por el Servicio Civil iban en ese sentido. Y si no, ¿qué es lo que están esperando las autoridades de las instituciones del Estado?, ¿Para eso no es que se les elige?, ¿Cuántos años tiene, por ejemplo doña Laura, de pasearse de una institución a otra del Estado costarricense y qué ha hecho por mejorar su administración?, ¿Lo de la Trocha no es una muestra de la incapacidad, del mal desempeño administrativo, de los jerarcas de éste Gobierno?

El dicho popular se hace cierto en esto: “no hay empleado malo, lo que hay son malos jefes (jerarcas)”.

Franklin Benavides Flores
Representante de la CGT ante CNSSP
San José, 12 de marzo del 2013

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