Este miércoles 5 de junio de 2013, a las 10:00 a.m., inició la sesión inaugural de la 102 Conferencia de la OIT en Ginebra, Suiza, con la participación de 5.000 delegados en representación de gobiernos, patronos y la clase trabajadora de los 185 Estados miembros de la OIT.
Entre los temas que discutirán están el de la protección social, el desarrollo sostenible y el diálogo social.
En las reuniones de grupos de ayer martes, tanto los representantes gubernamentales, como patronales y de trabajadores definieron su incorporación a las Comisiones de trabajo, entre las que se encuentra la de Aplicación de Normas y que analiza las violaciones a los derechos laborales y las gestiones correctivas a gobiernos y empresarios.
Costa Rica con dos delegaciones laborales
Nuestro país viajó con una delegación “oficial”, acreditada por el gobierno liberacionista de Laura Chinchilla y una representante enviada por las organizaciones sindicales, que en elección democrática, abierta y transparente, realizó el pasado lunes 26 de abril en Asamblea realizada en el auditorio de la ANDE.
Esa representación recayó en Martha Rodríguez González, secretaria general adjunta de la Unión Nacional de Empleados de la Caja y la Seguridad Social, UNDECA y todos los gastos que implica su desplazamiento y estadía en Suiza corre por cuenta de UNDECA y otras organizaciones sindicales que solidariamente colaboraron. Martha Rodríguez cuenta con la acreditación de la Federación Sindical Mundial, FSM, en la Conferencia de OIT.
Por su parte el gobierno liberacionista eligió la siguiente delegación “oficial”: Olman Segura como ministro de trabajo y lo acompaña Manuel Dengo. Como delegados gubernamentales asisten Christian Guillermet, Grace Gamboa quienes son acompañados por los consejeros técnicos Víctor Retana, Norman Lizano y Roxana Tinoco. Por los patronos estarán Gabriela Díaz de la UCCAEP, con Shirley Saborío de UCCAEP, Mariano Jiménez de Corbana y Marco Antonio La Touche de Chiquita Brand como consejeros técnicos. Mientras que los representantes laborales electos por Laura Chinchilla son Mario Rojas Vílchez de la CTRN y como consejero técnico Olman Chinchilla de la CMTC.
Una delegación de 11 representantes directos del gobierno empresarial y dos del sector laboral respaldado por Laura Chinchilla.
No es solo la gran desigualdad representativa de la delegación, no es solo que al sector laboral se le margine y obstruya su participación, sino que además todos viajan con gastos pagos por el gobierno de la República, por todos los costarricenses, incluidos empresarios nacionales y la transnacional Chiquita Brand. Evidentemente algo no está bien y es necesario y democrático modificar esta representación en un evento que atañe principalmente a la clase trabajadora y la defensa de sus derechos.
Dos agendas muy diferentes
Costa Rica ha estado sentada en el “banquillo de los acusados” durante muchos años, por diversos motivos relacionados con la violación de los derechos laborales en el sector público y privado, así como por la sistemática y creciente violación de la libertad sindical.
Durante muchos años, pese a las constantes denuncias y llamadas de atención de la OIT al gobierno, este siempre ha contado con la complicidad de sindicatos progobiernistas que le han permitido salir “airoso” de las acusaciones.
Un ejemplo de esto fue la Reforma Procesal Laboral que contó con el respaldo de ANEP y la Rerum Novarum, Laura Chinchilla lo anunció a todo el mundo en la 101 Conferencia de OIT el año pasado y apenas regresó a Costa Rica, vetó la Reforma Procesal Laboral para incluir en ella la eliminación del derecho a huelga.
Este año, 2013, en la 102 Conferencia de OIT el gobierno liberacionista viaja con otra aberración bajo el brazo, el llamado proyecto de “trabajo decente” que ha tenido la oposición por parte de UNDECA y otras organizaciones sindicales no progobiernistas, pero que el gobierno aprobó con los votos de sus incondicionales.
Por su parte Martha Rodríguez viaja con una serie de denuncias del sector privado y público y que inicia con la violación del derecho de las organizaciones sindicales de elegir a sus representantes ante OIT. Viaja con una gran responsabilidad de hacer escuchar la realidad de lo que sucede en nuestro país.
El derecho humano y democrático a la huelga es tan solo uno de los más violentados en Costa Rica, pero también están la libertad de sindicalización en el sector privado, la “esclavitud” en que se encuentran los trabajadores de las plantaciones de piña y banano, el derecho a la negociación colectiva, la violación de las convenciones colectivas firmadas y el derecho democrático a huelga.
La privatización de los servicios de salud, muelles, telecomunicaciones, educación, la situación de la representación laboral en el Banco Popular y de Desarrollo Comunal, que pertenece a los y las trabajadoras de Costa Rica pero que el gobierno y otra organización sindical pro gobiernista aliada obstaculiza para que el sector laboral no asuma su puesto en el Directorio del banco.
Sindicatos, cooperativistas, artesanos, solidaristas y asociaciones de desarrollo se encuentran marginados de la toma de decisiones del Banco Popular al encontrarse este, prácticamente secuestrado por el gobierno y el sindicato progobiernista aliado.
La presidenta de la República está en la obligación de legal de ratificar a los cuatro miembros del sector laboral en la Junta Directiva del Banco ya que la misma Procuraduría General de la República y el Magistrado de la Sala Constitucional así lo han manifestado al desestimar las acciones en contra la designación de la representación laboral.
Es necesario devolverle el Banco a los trabajadores y trabajadoras de este país, tal como dicta la Ley, pues el Banco Popular es de los trabajadores, no del Poder Ejecutivo y el sindicato progobiernista.
Este tema, junto con el legítimo derecho a huelga y la oposición a la Reforma Procesal Laboral y la aberración de “trabajo decente” son algunos de los temas que Martha Rodríguez, en representación legítima del Movimiento Sindical Costarricense, presentará ante OIT con el respaldo de la FSM.
Sindicalismo clasista, sin compromisos con el gobierno.