OIT: «Poner fin a la esclavitud moderna»


La esclavitud constituye un grave abuso de los derechos humanos y un obstáculo importante para la justicia social. Es asimismo una afrenta a la humanidad y no tiene cabida en el siglo XXI.

Sin embargo, 21 millones de mujeres, hombres y niños son aún víctimas del trabajo forzoso en todo el mundo, lo que aporta unos beneficios ilícitos de 150 mil millones de dólares a las personas que los explotan.

No debería celebrarse ningún Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud.

Hombres, mujeres y niños siguen siendo engañados a diario y forzados a trabajar en condiciones laborales aberrantes, como la servidumbre por deudas, la prostitución y la explotación en trabajos domésticos.

Si bien el compromiso internacional para luchar contra la esclavitud moderna se ha reforzado, las medidas efectivas al respecto aún están muy lejos de poder abordar el problema o sus causas subyacentes.

Poner fin a la esclavitud moderna requiere una legislación eficaz que se aplique estrictamente, así como el compromiso común de los países e interlocutores sociales y sistemas de apoyo eficaces a las víctimas.

La adopción de medidas eficaces de prevención, protección y acceso a la justicia es exactamente lo que promulga el Protocolo de la OIT sobre el Trabajo Forzoso, adoptado en nuestra Conferencia el año pasado.

Ahora es el momento para que los gobiernos, que votaron mayoritariamente a favor del Protocolo, asuman sus responsabilidades mediante su ratificación y aplicación.

Los países africanos han tomado la iniciativa; Níger ha sido el primer país en ratificarlo y todos los países de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional piden su ratificación inmediata.

Tras la segunda ratificación de Noruega en noviembre, el Protocolo entrará en vigor en el plazo de un año.

Si se aplican plenamente, las disposiciones del Protocolo en materia de soluciones y compensaciones no sólo proporcionarán justicia a las numerosas víctimas del trabajo forzoso, por medio de indemnizaciones a cargo de los autores de los actos de explotación en concepto de daños y salarios no pagados, sino que contribuirán también a hacer menos rentable el trabajo forzoso y a luchar contra la competencia desleal.

Hoy reflexionamos sobre lo que podemos hacer mejor juntos para alcanzar nuestro objetivo común de erradicar la esclavitud moderna.

Como primera medida, hemos puesto en marcha la campaña “50 for Freedom”, cuyo objetivo es contar con 50 ratificaciones del Protocolo para 2018. Si queremos lograr justicia social es necesario erradicar el trabajo forzoso. Ello no es negociable.

Una de las metas del Octavo Objetivo de Desarrollo Sostenible para la promoción del trabajo decente y el crecimiento inclusivo y sostenible es la adopción de “medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso y poner fin a la esclavitud moderna y a la trata de personas”.

Para lograr un cambio real en la vida de los 21 millones de hombres, mujeres y niños que son víctimas del trabajo forzoso, no basta con reprobar la esclavitud; es necesario que ese cambio sea una realidad.

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