Auge y desarrollo del movimiento sindical costarricense.
A pesar de que el proceso de reconstrucción del movimiento sindical, fue una constante durante muchos años, ese trabajo de organización de la clase trabajadora no cayó en vano. Sí bien es cierto, el movimiento sindical no llegó a convertirse en un gran movimiento de masas en el plano nacional, pero fue un sector social que iba consolidando su peso en la sociedad costarricense.
No se puede obviar en ningún momento, ni bajo ninguna circunstancia, los efectos que tenía en nuestro medio la Guerra Fría, la cual se manifestaba en un profundo anticomunismo.
Adicionalmente, en el marco internacional, particularmente latinoamericano, tuvo una gran incidencia el triunfo del pueblo mediante la gran Revolución Cubana, eso le dio muchos bríos a las fuerzas contestarias y además, demostró que era posible llevar a cabo un cambio revolucionario.
Por supuesto, que los intereses de la administración estadounidense y de las burguesías latinoamericanas hicieron causa común contra los efectos de la Guerra Fría y los históricos cambios revolucionarios.
Con el objetivo de afianzar sus posiciones en Centroamérica, la respuesta concreta de la administración estadounidense, fue la creación de la Alianza para el Progreso y dentro de ella la Creación del Mercado Común Centroamericano, una herramienta para favorecer a la oligarquía criolla y especialmente a las empresas transnacionales como INCATECU, FIRESTONE, POLYMER, POZUELO, TICATEX, ATLAS, COLGATE, NUGGET, ensambladoras de autos, entre otras, ya que les pagaban a los trabajadores salarios inferiores a los que se pagaban en Estados Unidos, y además aquí tenían una serie de protecciones del Estado.
Sobre este particular es muy importante lo que apunta Marielos Aguilar: “(…) el Partido Liberación Nacional se destacó por el empeño con que luchó para la aprobación en 1959 de la “Ley de Protección y Desarrollo Industrial”. Esta ley comprometía al Estado a dar protección arancelaria a los empresarios que se acogieran a este proyecto”.
Es importante advertir, lo que manifestó el Presidente de la República de Costa Rica, en aquel momento: “… Ciertamente, la ampliación del mercado a que aspira el programa de integración, habrá de situar nuevos e importantes estímulos para el desarrollo industrial del país…provocar la necesaria transformación de la estructura productiva del país y asegurar niveles crecientes de empleo y bienestar para nuestra población”.
Por el contrario respecto a la Integración Económica, Eduardo Mora Valverde señaló: “Los monopolios imperialistas esconden sus verdaderos fines con un supuesto deseo de ayudar al desarrollo económico mediante la industrialización de los países integrados. Asimismo, invitan al agrupamiento de países para defender la propiedad privada y el orden capitalista… Los programas de integración no pueden analizarse en consecuencia como fenómenos estrictamente económicos. En su desarrollo actúa una orientación política reaccionaria que responde a los intereses de los monopolios imperialistas y de la política exterior de Washington”.
Todos estos planes de integración regional desarrollados en América Latina, contaron con el beneplácito y complacencia de los gobiernos latinoamericanos, con el consiguiente resultado: exclusión, proletarización y desaparición paulatina del campesinado.
Todo esto tuvo efecto en el crecimiento del movimiento sindical costarricense como vemos en el siguiente cuadro.
En este contexto económico- social se fue fortaleciendo la CCSS y se requirió contratar nuevo personal para responder a la demanda siempre creciente. En ese marco UNDECA fue adaptándose a las nuevas condiciones del mundo del trabajo.
(Del Libro Historia de Undeca de 2014, Gerardo Contreras y Zaira Salazar Corrales)
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