Asamblea General Undeca: Un contexto complejo para la humanidad y nuestro pueblo

Durante los difíciles años de la pandemia, el capitalismo salvaje neoliberal ya evidenciaba sus intereses explotadores de las necesidades humanas en el mundo; la angustia, el encierro y el temor de la población era el momento propicio para imponer y avanzar con sus políticas neoliberales.

Mientras la clase política empresarial era objeto de tratos preferenciales y abusivos  beneficios fiscales, subsidios, rebajo de impuestos, condonaciones de las contribuciones a la seguridad social; por otra parte, la clase trabajadora -pública y privada- era objeto del desempleo, de la brutal reducción y congelamiento salarial, suspensión de los contratos, estrés y agotamiento laboral; evidenciado en el deterioro de las condiciones de vida de la familia trabajadora de la CCSS y de la educación pública.

El pueblo fue sometido a las peores condiciones de vida, estremecidos por las consecuencias del COVID, el dolor por cientos de vidas perdidas, confinados, con perjuicio de su salud psicosocial, de niños y jóvenes, de todo el entorno familiar. 

En medio de la pandemia, se profundiza la crisis social y económica, con encarecimiento y especulación de los artículos de primera necesidad, los problemas logísticos mundiales para el ingreso de insumos médicos, fertilizantes y materias primas, afectando mayoritariamente a los pequeños y medianos empresarios, comerciantes y campesinos.

Durante el gobierno de Carlos Alvarado del PAC, en contubernio con el Partido Liberación Nacional, el PUSC, neopentecostales y libertarios, se aprobó la más funesta legislación: el Combo Fiscal, se criminalizó la protesta y la huelga y se acordó el mayor retroceso en materia laboral con la Ley de Empleo Público. Tres zarpazos a la institucionalidad, a la democracia y al Estado Social de Derecho costarricense, violentando la Constitución Política, el Código de Trabajo, la Negociación colectiva, los convenios internacionales de la OIT y los derechos laborales, con la complicidad del Poder Judicial.

Debido al enorme retroceso en materia de protección de los Derechos Humanos, de las condiciones laborales, económicas y sociales, hemos recurrido a la Sala Constitucional, a la Organización Internacional del Trabajo-OIT, la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, a la espera de resoluciones favorables.

A un año y medio del gobierno de Rodrigo Chaves, mucho más reaccionario, derechista, autoritario, guasón y prepotente, el modelo capitalista, excluyente y empobrecedor, se ha profundizado, desmantelando el sector social por la aplicación a mansalva de la regla fiscal, arrasando la autonomía constitucional de la Caja, con problemas sociales y de seguridad por falta de conocimiento y gobernanza de la función pública.

La ilegitima intervención de la Junta Directiva de la Caja, la suspensión y la presión para la renuncia y la inminente destitución de miembros no alineados en un juicio político sin precedentes, aunado a la persecución y la separación de puestos, de alrededor de 15 funcionarios estratégicos, la negativa irracional a pagar las deudas con la Caja, el desprestigio con premisas falsas de quiebra, para justificar la privatización de los servicios de salud y pensiones, demanda la mayor unidad ciudadana en defensa de la CCSS.

El banquero del Banco Mundial se ha dedicado a desprestigiar, con inusitada hostilidad a las instituciones más emblemáticas de los costarricenses, además de la CCSS, las universidades públicas, al magisterio nacional, ICE, Banco Popular, INA, el Banco de Costa Rica, entre otros, que han sido motor de desarrollo, salud, bienestar, justicia y paz social.

En este contexto, la situación global se torna cada vez más compleja, con conflictos bélicos en Oriente medio y Europa, los criminales bloqueos comerciales, la cruda violencia, la barbarie militar, el robo de territorios y el genocidio de inocentes palestinos, promovidos por las rancias oligarquías, los neo-facistas y los políticos de los países hegemónicos.

Las alternativas progresistas, la integración de nuevos proyectos comerciales, como los BRICS, son la aspiración de las grandes mayorías en el mundo. El espíritu revolucionario, las acciones y los esfuerzos de organización y lucha de las organizaciones y del pueblo, es la esperanza de un futuro en democracia, libertad, paz y justicia.

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