La señora Marta Esquivel Rodríguez, Presidenta Ejecutiva de la Caja, desde que asumió este cargo, después que el Gobierno de la República le dejó caer la guillotina a su antecesor, se ha dedicado al insidioso oficio de sabotear el acuerdo de la Junta Directiva de esa institución, que autorizó el pago del ajuste salarial, que se debió hacer efectivo desde el primer semestre de 2020.
La Presidenta Ejecutiva se ha valido de toda clase de artilugios para enervar la efectiva cancelación del ajuste salarial.
Primero, lo intentó haciendo una oficiosa una consulta al ministro de Hacienda.
El pronunciamiento del ministro de Hacienda fue contundente: la Caja Costarricense de Seguro Social no está sujeta a la regla fiscal. ¡Cómo dicen en Guanacaste: le salió careta la venada!
No obstante, después tuvo el atrevimiento de promover y realizar una consulta a la Contraloría General de la República, acerca de la aplicación de la Regla Fiscal, a la Caja, en materia de remuneraciones.
El Órgano Contralor, al que le solicitamos y celebramos una audiencia, para atender este mismo asunto, el día de hoy, oficialmente nos comunicó una copia del oficio Nª 19576, de 15 del mes en curso.
En este pronunciamiento, la Contraloría declinó conocer la consulta, en razón que ya existe un acuerdo adoptado por la Junta Directiva, en firme, que reconoció el ajuste salarial; por lo que, en consecuencia, la consulta facultativa que presentó la presidenta ejecutiva resultó inadmisible.
Le volvió a salir el tiro por la culata al Gobierno y su emisaria política.
Pero hasta aquí no llegó el pronunciamiento de la Contraloría, sino que, además, se advirtió a la Licda. Esquivel Rodríguez, que, de toda suerte, el asunto consultado ya fue objeto de pronunciamiento de otras instancias competentes, incluido el ministro de Hacienda, quien le respondió que ninguno de los componentes de la estructura programática institucional, están afectos a la cobertura de la Regla Fiscal.
Como decimos popularmente: ¡Al que no quiere caldo, dos tazas!
Las intentonas de la Presidencia Ejecutiva, una tras otra, para escamotear el ajuste salarial, han sido totalmente infructuosas, que esperamos que por lo menos aprenda las duras lecciones de estas desafortunadas y desesperadas aventuras.
Demandamos, enfáticamente, a la presidenta ejecutiva, que, de una vez, por todas, cese las prácticas desleales y malas artes en contra de los legítimos derechos de las trabajadoras de la institución.
La exhortamos a respetar el Estado de Derecho y acatar los pronunciamientos de las diferentes instancias, que determinaron que no existe ningún obstáculo legal, para que se haga efectivo el ajuste salarial reconocido y adeudado a las personas trabajadoras.
Doña Marta, basta ya de jugar con los ingresos de las de 67 mil familias de las personas trabajadoras, que se jugaron todo en la pandemia.