Desde el año 1990 el Ministerio de Salud ha girado al menos 10 órdenes sanitarias de clausura y el cierre de las instalaciones del edificio de Odontología del Hospital Calderón Guardia, período en que la Junta Directiva, su Presidenta y las gerencias Financiera, Administrativa y de Infraestructura no han hecho absolutamente nada, ya sea por, incapacidad, desinterés o búsqueda de la privatización, ante esto nos preguntamos ¿quién rinde cuentas?
Luego de pasados 23 años, el edificio es hoy una infraestructura colapsada en pésimas condiciones, donde el personal realiza sus labores y los pacientes esperan y son atendidos en una bomba de tiempo.
¿Qué esperan la Presidenta Ejecutiva y la Junta Directiva, una tragedia más en este hospital? Es injustificable, que ni siquiera haya existido voluntad para atender las demandas remediales en la planta física que exige la Ley General de Salud para la seguridad de los usuarios y trabajadores.
“Hace varios meses se denunció la grave problemática y aparentes anomalías que se venían dando con la jefatura de este servicio siendo separado e intervenido y estamos a la espera de los resultados de la investigación pertinente, igualmente de la ampliación de la separación de su cargo”, comentó Luis Chavarría, secretario general de UNDECA.
Por estas circunstancias en Odontología del Calderón Guardia, se logró identificar que la lista de espera oculta pudo haber llegado aproximadamente a los seis mil usuarios que están afectando profundamente a niños, jóvenes, adultos y adultos mayores.
Sacar esta lista de espera podría llevar hasta 4 años o más, esto si no se implementa un plan de contingencia a los pacientes que esperan prótesis dentales, frenillos, ortodoncia maxilofacial por deformaciones bucales de pacientes con cáncer, etc.
Consideramos que los problemas no se resolverán, a menos que la jerarquía superior de la Caja construya un edificio nuevo al menor plazo posible y en el mismo lugar, de hecho, esta es una de las demandas que hace el personal que labora en ese lugar. Sobre todo viendo el cobro que hace la institución a los pacientes para que les brinden una prótesis dental.
Ante esto, los miles de usuarios, así como los 70 funcionarios exigen estar en un espacio decente, no se está pretendiendo lujosos lugares, como sí los tienen las altas jerarquías institucionales.
Esta sería una solución adecuada y urgente para responder a las órdenes sanitarias que ha emitido el Ministerio de Salud, sin perjudicar a los pacientes, ni a los trabajadores, quienes conocen muy bien y han denunciado intereses oscuros, en apariencia de algunas personas inescrupulosas en este lugar.