PL – Al menos 40 presos en huelga de hambre en la ilegal base naval de Guantánamo, que ocupa Estados Unidos en el sureste de Cuba, prefieren morir, según la narración de uno de los detenidos. He estado en huelga de hambre desde el 10 de febrero y he perdido más de 30 libras, narró el yemenita Samir Naji al Hasan Moqbel, detenido en Guantánamo desde 2002. “No comeré hasta que sea restaurada mi dignidad”, puntualizó al describir su calvario en una historia que publica hoy el diario The New York Times.
Desde su arresto hace 11 años y tres meses, el prisionero no fue acusado de delito alguno ni ha comparecido ante un tribunal, señaló.
Plantea que cuando buscaba trabajo en Afganistán ocurrió la invasión estadounidense a ese país en 2001, tras la cual huyó a Pakistán, donde fue detenido y devuelto al vecino país los estadounidenses lo pusieron en el primer avión rumbo a Guantánamo.
Al Hasan Moqbel narra los abusos a que son sometidos los reclusos que se niegan a aceptar alimentos por parte de las autoridades militares norteamericanas.
En su caso fue atado de mano y pie a una cama en el hospital y alimentado por vía intravenosa.
Nunca olvidaré, agrega, la primera vez que me pasaron el tubo de alimentación por la nariz. No puedo describir lo doloroso que es ser alimentados a la fuerza de esta manera. Yo quería vomitar, pero no pude. Nunca había experimentado tal dolor antes. Yo no le deseo este castigo cruel a nadie, puntualiza.
Estas prácticas contra los reos ocurren a cualquier hora del día, a veces a altas horas de la noche cuando se encuentran dormidos, dijo el preso al diario neoyorquino.
Contó que una enfermera le empujó el tubo de alimentación de 18 pulgadas en su estómago, haciéndole más daño que de costumbre. Fue tan doloroso que pidió que dejaran de darle de comer, aseguró.
La situación es desesperada ahora. Todos los detenidos aquí están sufriendo profundamente. Al menos 40 personas están en huelga de hambre. Las personas se desmayan todos los días por el cansancio. He vomitado sangre, manifestó.
Según Al Hasan Moqbel, no hay final a la vista para su encarcelamiento por lo que mantendrán la negativa a alimentarse y la opción de ellos, subrayó, es arriesgarse a morir todos los días.