Seminario empresarial: “Cómo burlar la legislación laboral de Costa Rica, desconocer los derechos laborales de trabajadores y trabajadoras y, de paso, robarle a la Caja del Seguro Social”

Recibido en mi correo electrónico. Al parecer enviado por una cosa que llaman “EKA: la revista empresarial” (ni la más remota idea de qué carajos sea eso).

Se trata de una especie de seminario, curso o taller que se impartirá en el Hotel Real Intercontinental el jueves 27 de junio. El encabezado de la invitación-anuncio dice así: “¿Se ha preguntado cómo evitar que un contrato de servicios personales se le convierta en una relación laboral?”. Luego agrega: “Cómo evito que un contrato de servicios personales se me convierta en una relación laboral”.

Se divide en dos bloques. Objetivo del primer bloque: “Conocer los criterios sobre los que los Tribunales de Trabajo resuelven que un contrato de servicios genera una relación laboral”.

Objetivo del segundo bloque: “Ofrecer tips para minimizar el riesgo de reclamos de derechos laborales e intervenciones de la CCSS y del MTSS aplicando la presunción de laboralidad”.

Ambos objetivos yo los resumiría en uno: “como burlar la legislación laboral de Costa Rica, desconocer los derechos laborales de trabajadores y trabajadoras y, de paso robarlo a la Caja del Seguro Social, con la plena seguridad de que violar la ley, pisotear la dignidad de trabajadores y trabajadoras y robarle a la Caja ha de permanecer impune y usted jamás será sancionado por ningún tribunal”.

Si unos maleantillos de mala muerte se roban un televisor, nadie les dará “tips” acerca de cómo “evitar ser juzgados por ese acto delictivo” y, caso de que los agarren, deberán pagar por ello. Así lo tipifica la ley.

Pero esto otro tipo de delincuencia delincuencia empresarial elegante, de buen gusto y refinadas maneras es aplaudida y celebrada. Incluso da lugar a seminarios impartidos por reputados “expertos” en hoteles de lujo.

Así actúan los “empresarios competitivos” del mundo globalizado de hoy. Su “competitividad” parece alimentarse de la destrucción de los más básicos valores de solidaridad sin los cuales ninguna sociedad es posible.

¡Qué descaro y desfachatez! ¿Y luego nos vienen con historias de “responsabilidad social empresarial”?

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Por: Luis Paulino Vargas Solís

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