Así lo considera Mario Devandas, uno de los nueve miembros de la Junta Directiva de la Institución y que representa al sector sindical. El siguiente es un extracto de una entrevista con UNIVERSIDAD.
Don Mario, siguen aumentando en la Caja las listas de espera por citas en especialidades médicas, es prueba el actual escándalo por la muerte de casi 200 pacientes cardíacos a la espera de cateterismo en el Hospital México. ¿A qué se debe que el problema no se solucione, pese a las reiteradas promesas?
−Son varios factores los que intervienen. Primero, falta de planificación institucional. Por otro lado, debido a una crisis financiera en la administración anterior se restringieron los gastos en número de becas y formación de profesionales. Además, los métodos de selección no son muy transparentes y la formación de especialistas se está concentrando en una élite. Asimismo, no hay un estudio de campos clínicos en la Caja, o sea, de la capacidad de los hospitales para recibir estudiantes que hagan sus prácticas en especialidades. Todo esto conforma un panorama difícil para resolver el problema en corto plazo.
¿No se está haciendo un estudio de campos clínicos?
−Se le ha pedido al Cendeiss (Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social) que nos entregue en el plazo más corto el estudio de campos clínicos, para así estructurar una estrategia y que esos campos se llenen a plenitud; que se formen los especialistas que la Caja puede formar y, si esa cantidad no es suficiente, habrá que pensar en traerlos del exterior y ver cómo se hace con los trámites con el Ministerio de Salud y con el Colegio de Médicos y Cirujanos.
¿Anestesiólogos, por ejemplo, que son ausencia frecuente en los quirófanos?
−Para la formación de un especialista se necesitan cuatro años; son plazos largos y en el ínterin hay especialistas que se van o se mueren o, como sucede mucho con los anestesiólogos, el 40% de los formados por la Caja en estos momentos están en el sector privado. La gerencia médica estima en 300 la necesidad de anestesiólogos y solo se forman 13 por año. Esto es una verdadera emergencia nacional, porque usted puede tener en el quirófano al cirujano y al instrumentista, pero si no hay un anestesiólogo no hay operación.
Este es un problema que desde hace mucho se promete arreglar y no se arregla. ¿Por qué?
−Evidentemente, en los últimos 30 años se ha venido aplicando una estrategia privatizadora en el país, y lleva a la administración hacia el desorden y la desplanificación. Eso se ve en las distintas instituciones y, desde luego, se ha aplicado en la CCSS. Entonces no hay planificación adecuada, ha habido una injerencia política inconveniente a través de las presidencias ejecutivas. Se han aplicado políticas claramente privatizadoras como fue la desconcentración impulsada por (el entonces presidente ejecutivo) Rodofo Piza Rocafort; después, Eduardo Doryan propuso concesionar nueve hospitales nacionales. En la administración anterior se entregaron los Ebáis (equipo básicos de atención integral en salud) del este de San José a una universidad privada, y siguen comprándose servicios a terceros, que no se deberían comprar porque no están debidamente justificados.
Revertir eso que se ha desarrollado durante 30 años no es fácil. Por eso yo insisto en que si la gente no se organiza, si el movimiento social no reacciona y pone en sus agendas en primer lugar el tema del Seguro Social y va a una lucha popular por la defensa de la Caja, la vamos a perder.
¿Por qué dice que no es transparente la selección de aspirantes a formación en especialidades médicas?
−El tema de los especialistas tiene que ver con algo más de fondo. Nos estamos devolviendo a los años 40 del siglo pasado, cuando solo ricos podían ser médicos. Una de las grandes revoluciones que trajo la Caja fue que permitió que miles de jóvenes de estratos pobres se hicieran médicos. Eso se está revirtiendo y es muy grave. Primero, porque las formas de selección son cerradas y casi que solo se selecciona por influencias, porque sos hijo de aquel médico famoso o porque tenés amistad con el director del hospital, y las becas de la Caja para ir al exterior se otorgan a dedo.
Y las becas “a dedo” ¿por qué no se paran?
−En la anterior sesión ya no voté una beca, porque sigo insistiendo en que deben obedecer a un plan de necesidades institucionales y que el Cendeisss es el que debe buscar las oportunidades de becas en el exterior y someterlas a concurso, para que las personas puedan postularse y se seleccione por méritos. Pero resulta que no se hace así y entonces se está “elitizando” la formación de los médicos que van a tener en diez o quince años el control de la Caja.
Por otro lado, el sistema de estudios de posgrado de la Universidad de Costa Rica (UCR) –que forma los especialistas médicos mediante un convenio con la Caja− amplió los años de especialización, y en anestesiología, por ejemplo, pasó de tres a cuatro años. Es una decisión universitaria en la que la Caja no puede intervenir porque es propia de la Universidad, que es autónoma. Pero, ¿qué pasa? Que estudios de posgrado en salud en UCR los manejan especialistas que trabajan en la Caja. Son profesores de la UCR y médicos en la Caja, y cuando entran los estudiantes ellos son los que les dan clases en los hospitales. Entonces resulta que la Caja puede controlar algunas cosas, pero no otras en cuanto a la promoción de los especialistas.
Algunos dicen que hay que permitir que las universidades privadas también formen especialistas en salud.
−Hay una gran presión para quitarle a la UCR la formación de los especialistas y dárselos a las privadas, alegando que la UCR es muy cerrada y no está dando la cantidad que se requiere. Me he opuesto a eso porque ¿quiénes van a dar las clases en las privadas si no son los mismos especialistas que trabajan en la UCR y en la Caja? Y son los mismos campos clínicos que tenemos en la Caja, porque, ¿quién maneja la Caja al final? Los especialistas, que tienen un poder muy fuerte. Si se analiza el problema de las listas de espera se da cuenta que hay un problema de gestión tanto de cirugías como otras citas con especialista. Tenemos en los especialistas citas nuevas que son la mitad de citas recurrentes; entonces, el paciente necesitado de la consulta se va para el consultorio privado, donde lo va a atender muchas veces el mismo especialista de la Caja.
¿Qué están haciendo en la directiva de la Caja para solucionar la situación?
−Se están tomando medidas que, desafortunadamente, no se verán de manera inmediata. Se está trabajando en el modelo de salud. El mes entrante se inician unos talleres de validación de propuestas de cambios en el modelo de atención, que incorporan a gente de Ebáis, clínicas y hospitales, para ver qué es lo que piensan con propuestas de cómo revisar ese modelo de atención. No solo es la parte médica, también entra la estructura administrativa y financiera de la Caja, y lo que tiene que ver con controles, indicadores de éxito, evaluación. Espero que se llegue hasta ese nivel, que no existe.
Un problema es que hay una visión muy “medicocéntrica” en la institución: los médicos son los que mandan. Hay que buscar la forma de que se acepte que la administración es un problema multidimensional, que tienen que intervenir todas las estructuras de la Caja. No es fácil de lograrlo, hay resistencia a abordarlo de esa manera.
También muchos de los problemas que se dan en los hospitales son porque el Ebáis no está coordinando bien con la clínica, y la clínica no coordina bien con el hospital regional; entonces hay una congestión en los hospitales que no debería existir, a los hospitales solo deberían llegar los casos complejos que lo ameriten.
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Fuente: Semanario Universidad
Foto: Katya Alvarado