FSM: V Encuentro Juventud del Cono Sur


Ocurre en una coyuntura desafiante, de más de 10 años de crisis capitalista internacional, una fuerte ola conservadora y en un período de transición geopolítica, en el que vemos la potencia, antes hegemónica, de los Estados Unidos desplazarse hacia el oriente, permitiendo la creación de bloques multipolares de poder.

En el mundo del trabajo vemos cambios profundos en el modo de organización, en una transición que ocurre desde el final del siglo pasado, en que es raro tener grandes concentraciones de trabajadores en el mismo lugar de trabajo, al contrario, nos encontramos cada vez más pulverizados incluso internacionalmente. Esta situación nos plantea el desafío de cómo organizar la clase obrera en esas nuevas condiciones.
Por lo tanto, la coyuntura actual implica una serie de retos, pero también de esperanzas para la lucha obrera en el mundo y particularmente en nuestra región. La recuperación de espacios políticos por la derecha, que ha recurrido a la estrategia de presentar falsos candidatos – outsider provenientes del mundo empresarial, conscientes del agotamiento de la clase política tradicional, ha significado el crecimiento general de medidas que atentan contra la clase trabajadora, mientras el imperialismo se convierte en la fuerza de la oligarquía para doblegar a los países que se oponen a este tipo de acciones, con medidas que van desde los bombardeos y acciones militares hasta coerciones de tipo económico, como los casos de bloqueo a Cuba y Venezuela. Sin embargo, la arremetida de la derecha puede resultar una oportunidad para que la clase trabajadora y los movimientos afines generen acciones conjuntas, necesarias para hacer una defensa en unidad de los derechos que tanto ha costado alcanzar, como así también, de los procesos políticos que los reivindican. A continuación se presenta un panorama de diversas situaciones que pueden ayudar a comprender lo qué está sucediendo.

Este V encuentro, ocurre en la hermana República Bolivariana de Venezuela, país que es ejemplo para los pueblos del mundo y que continúa su resistencia ante las presiones imperialistas, bajo el liderazgo del presidente obrero Nicolás Maduro Moros. El bloqueo financiero ha significado que el Estado no pueda utilizar sus cuentas en el exterior, en una medida análoga a la empleada contra Gadafi en 2011, pero se destaca que las reservas venezolanas son de su propiedad, manteniendo el Banco Central de Venezuela el resguardo de las mismas. Los pequeños y medianos empresarios, si bien han sido favorecidos por la Revolución Bolivariana, al evitar su absorción por parte de grandes monopolios empresariales, han convertido los espacios comerciales en aparatos políticos de la contrarrevolución, condicionando a la población a que rechace abiertamente al gobierno, como el llamado desde panaderías y transportistas públicos a abstenerse en las elecciones presidenciales, acciones que claramente muestran presiones de tipo económico para condicionar acciones políticas.

Este hecho (presiones económicas para conseguir resultados políticos) se repite en escala macro a través de las acciones de bloqueo económico y financiero por parte de la administración Trump, la cual sin embargo trata de actuar contra Venezuela a través de los gobiernos lacayos pertenecientes al “Grupo de Lima”, al cual se suman países como Guyana, que se adhieren a las presiones contra Venezuela, a pesar de verse beneficiados por programas de ayuda como Petrocaribe.

Es importante destacar, que la Revolución Bolivariana protege a la clase a través de una serie de medidas impulsadas por las y los trabajadores. Entre las que se encuentran: el decreto de inamovilidad laboral que reconoce el derecho al trabajo como un derecho humano, la Ley del Primer Empleo que resguarda a los jóvenes que ingresan a la población económicamente activa, la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras que utiliza un lenguaje inclusivo con perspectiva de género, reconoce a un trabajador o a una trabajadora, como la persona que ejerce un trabajo (más allá de haber un contrato escrito) y que establece un régimen de derechos, consolida la igualdad de género y otorga una mayor protección a la maternidad. Por estas razones los trabajadores y trabajadoras del mundo, deben reconocer la agresión imperialista contra Venezuela, como parte de la búsqueda de los grandes poderes económicos, de hacer retroceder las conquistas de los derechos alcanzados. Por eso es importante reivindicar al presidente obrero Nicolás Maduro Moros (recientemente reelecto con un 68% de votos favorables) como un ejemplo de resistencia al imperialismo.

La administración Trump y el imperialismo estadounidense, también han dedicado sus esfuerzos a presionar a los países que han apostado por la integración regional y la defensa de los derechos de las y los trabajadores. Dichas presiones contemplan, recrudecer el bloqueo contra del pueblo Cubano, como así también contra los pueblos del Caribe, y de esta forma, socavar el apoyo de sus pueblos al gobierno de Venezuela, con acciones que van desde la infiltración del movimiento popular, el apoyo abierto a sectores opositores violentos, como también golpes de Estado. De igual forma, retrocesos gigantescos en la temática de los derechos humanos, al presenciar en EEUU políticas anti-inmigratorias severas que incluso amenazan las orientaciones internacionales sobre el tema, llegando al punto de separar a padres e hijos migrantes. Todas estas acciones demuestran el declive de esa potencia y sus esfuerzos de mantenerse en la hegemonía.

En Argentina el gobierno de Mauricio Macri ha tomado una serie de medidas que han deteriorado la situación del país, generando la disminución del poder adquisitivo al eliminar el control de cambio, promoviendo la apertura de las importaciones y la reducción de las exportaciones, lo que ha incidido en el incremento del desempleo y el empleo informal, situación agravada por la subida abrupta de los servicios públicos, que han generado una crisis energética ridiculizada por la respuesta irresponsable de Macri. En el campo, el levantamiento a las restricciones a las exportaciones de ciertos productos agrícolas, junto a la eliminación del impuesto al agro y el cambio del plazo en la rendición de cuentas de las divisas utilizadas para exportaciones de 90 días a 2 años han traído consecuencias altamente negativas para los trabajadores del campo. A todo ello se suma la persecución política contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, la salida de Argentina de la UNASUR, el endeudamiento con el FMI, cuya suma se utilizará para pagar los atrasos en bonos de deuda, y la cesión soberana frente a las provocaciones del imperialismo británico en las Malvinas.

Recientemente en Panamá culminó la huelga obrera de la construcción, la más larga en el país en lo que va del siglo XXI, lográndose un aumento importante en las condiciones salariales de los trabajadores, demostrando la eficacia de la lucha obrera en un país cuyos gobiernos han sido marcados por la sumisión a los intereses imperiales, que imponen políticas neoliberales. Sin embargo, es necesario tomar en cuenta que desde la década de los ‘80 del siglo pasado no ha habido un aumento general de los salarios, lo que acentúa las desigualdades presentes, ya que el costo de la vida es alto, siendo la ciudad de Panamá una de las más costosas de la región, mientras es evidente la falta de inversión en los servicios públicos. A su vez, macroproyectos como la ampliación del Canal, afectan negativamente la calidad de vida de campesinos e indígenas, arrebatándoles sus tierras, generando un éxodo rural hacia las ciudades con graves consecuencias económicas, políticas y sociales.
El golpe de Estado en Brasil, que ha derrocado a un gobierno popular para instaurar un gobierno de corte neoliberal encabezado por Michel Temer, ha demostrado ser un retroceso sin precedentes para todos los avances logrados bajo la presidencia del obrero Luis Ignacio “Lula” Da Silva y la excombatiente Dilma Roussef. La oligarquía brasileña pretende destruir el patrimonio nacional, entregando empresas públicas estratégicas, como Petrobras (petróleo), Electrobras (energía) y la privatización del suministro del agua, en favor del capital monopólico transnacional, al tiempo que retira derechos del pueblo y de las y los trabajadores. Ejemplo de esto es la reforma laboral, que legalizó contratos precarios de trabajo, dificultó el acceso a la justicia e intentó desmantelar el movimiento sindical, no obstante este último fue uno de los principales movimientos en la resistencia al golpe en Brasil. Con mucha lucha, los movimientos sociales y el movimiento sindical consiguieron frenar el intento de reforma a la seguridad social impulsada por el actual gobierno, imponiendo así, una derrota estratégica a los golpistas y garantizando la permanencia de la jubilación para millones de brasileños y brasileñas. En el ámbito internacional, el gobierno de Brasil vuelve a ser lacayo de los Estados Unidos, dando la espalda a sus hermanos y hermanas latinoamericanos, permitiendo a las tropas imperialistas realizar ejercicios en la Amazonia para hostigar a la República Bolivariana de Venezuela, mientras Temer anuncia el retiro de Brasil de la UNASUR. Todo ello, junto al injusto encarcelamiento del expresidente Lula, ha contribuido a un crecimiento de la movilización y de la disputa por la conciencia del pueblo acerca de lo que está en juego, por lo que la lucha en Brasil es fundamental para el mantenimiento del proyecto integrador de la región.

En este encuentro, se profundiza el debate sobre las estrategias para combatir los objetivos de las corporaciones multinacionales de apropiación de los bienes y servicios esenciales de cada nación. Por ejemplo, la privatización del 70% de la energía eléctrica y del agua en América Latina, la apropiación del petróleo en Brasil, Argentina y Colombia, del gas en Chile, Brasil y Argentina, todo ello monopolizado por sólo ocho compañías europeas y norteamericanas. Luchar de forma conjunta contra tales acciones es luchar por la soberanía de los países latinoamericanos.

En este mismo orden, el pueblo Palestino sigue sufriendo una feroz agresión de parte del estado sionista de Israel, que se evidencia en el bloqueo impuesto sobre la Franja de Gaza, la aceleración en la construcción de colonias en toda Cisjordania ocupada y en la misma ciudad de Jerusalén, los asesinatos y encarcelamientos de los palestinos incumpliendo así la resolución 194 de la ONU que exige el retorno de los refugiados palestinos. Ratificamos nuestra posición solidaria con el pueblo palestino y sus derechos de autodeterminación, en establecer su estado independiente sobre las fronteras anteriores al 5 de junio 1967 con Jerusalén como su capital. El nuevo plan israelí-norteamericano conocido como el Arreglo del Siglo que comenzó con reconocer a Jerusalén como capital de Israel, recortar los compromisos estadounidenses hacia la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos y las presiones de normalizar relaciones con este país sin antes poner fin a la ocupación israelí, demuestra que la administración de Trump se presenta ante el mundo como un abogado fracasado de la ocupación y sus prácticas genocidas. Saludamos a la resistencia del pueblo palestino, y llamamos a todos los trabajadores y trabajadoras del mundo a apoyar la causa del pueblo palestino y sumarse a la campaña BDS para generar una presión popular e institucional internacional que ponga fin a la ocupación y comprometernos en luchar hasta ver una Palestina libre con Jerusalén como su capital.

Todos estos panoramas regionales y locales pueden ser entendidos como una fuerte ofensiva del imperialismo y sus lacayos, para retroceder en las conquistas alcanzadas durante los últimos años. Al mismo tiempo, es notable el declive de poder de EEUU frente al ascenso de las potencias emergentes (China, Rusia, India, Brasil, etc.), transformando la geopolítica mundial y diseñando cada vez más un mundo multipolar y pluricéntrico. Frente a esa situación, la principal potencia imperialista utiliza todos los medios para el mantenimiento de su poder, como ya se ha dicho: bloqueos económicos, leyes antipueblo, golpes de estado, financiamiento de opositores a los gobiernos progresistas, etc. En ese mismo escenario, hemos visto una serie de reformas laborales por el mundo que buscan retirar los derechos de las y los trabajadores para aumentar los beneficios de los patrones, jugando la carga histórica de la crisis económica capitalista sólo en las costas de la clase trabajadora. Tales reformas afectan más fuertemente a las mujeres y a los jóvenes, precarizando aún más el mercado de trabajo para esta parte de la población. El combate a esas medidas, así como a la ola conservadora y fascista que retorna, es deber de los jóvenes luchadores. De este modo, el reconocimiento de enfrentarnos al mismo enemigo permite dar fuerza al llamado a la unidad de la clase trabajadora en la defensa de sus derechos, así como al antiimperialismo y la integración regional como medio para avanzar en la justicia social.

En el quinto encuentro de las juventudes del Cono Sur de la Federación Sindical Mundial participaron 180 compañeros, provenientes Argentina, Brasil, Chile, Panamá, Colombia, El Salvador, Venezuela, Argelia y Palestina.

Reunidos durante cuatro (04) días, en los que se ha debatido en mesas de trabajo y con la participación de los compañeros Ministro del Poder Popular para el proceso social para el Trabajo Eduardo Piñate, Presidente de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores y trabajadores de la Ciudad, el Campo y la pesca de Venezuela Wills Rangel, Vicepresidente de la CBST y de la Federación Sindical Mundial Marco Tulio Díaz, Presidente del Instituto Nacional de Capacitación y Recreación de los Trabajadores Oswaldo Vera, el Coordinador Internacional de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores y trabajadores de la Ciudad, el Campo y la pesca de Venezuela Jacobo Torres y el Secretario General de la FAT y Vicepresidente de la FSM Alberto Reyes, en conjunto con los compañeros que han organizado el evento y cada uno de los delegados nacionales e internacionales, se aprobaron las siguientes conclusiones y propuestas:

*En el plano internacional: *

1. Convocar a todos y todas los trabajadores a participar de un foro en repudio de la realización de una nueva cumbre del G20, en Buenos Aires Argentina, los días 29 y 30 de noviembre del presente año.

2. lncidir en los procesos de emancipación en contravía del modelo económico imperante, la necesidad de fortalecer nuestros sindicatos, las nuevas luchas políticas, la movilización de masas, la formación político-ideológica y la solidaridad internacionalista pues son los principios fundamentales para encaminar una vez más la identidad de clase.

3. Participar en los espacios que faculta la Federación Sindical Mundial con el objetivo de intercambiar experiencias y aunar esfuerzos de toda la clase trabajadora, de esta manera trazar el camino de la lucha de los proletarios en procura de cambios sociales favorables a nuestros intereses de clase.

4. Priorizar la creación o potenciación de las escuelas de formación sindical clasista, que le permita a los jóvenes trabajadores, no solo conocer la historia sindical y sus raíces, sino adquirir compromisos con la lucha de clase del proletariado en procura de los cambios radicales que requerimos, también hacia la búsqueda de nuevos cuadros y la renovación de las formas organizativas del sindicalismo actual, buscando también alejarlos de los egos, la burocracia y a la vez, vincularlos a las luchas de la clase obrera y demás sectores populares. Impulsar una Escuela de Formación Política-Sindical Latinoamericana que pueda dar respuesta a las necesidades de las y los trabajadores de la región.

5. Garantizar el rol protagónico de la mujer en todas las instancias de participación en nuestras respectivas organizaciones.

6. Construir herramientas comunicacionales para contrarrestar la hegemonía de los grandes medios de comunicación global.

7. Convocar a todos y todas los trabajadores a coordinar una manifestación en la región contra los gobiernos fascistas, neo liberales y pro imperialistas.

8. Construir una comisión permanente de la juventud latinoamericana de la Federación Sindical Mundial para discutir las diversas realidades de los países que componen la región y así discutir acciones conjuntas.

9. Llevar adelante las resoluciones del congreso de la juventud de la federación sindical mundial en Roma.

10. Fortalecer con la incorporación de nuevos cuadros, la comisión de la FSM de Abogados Revolucionarios Latinoamericanos, para que pueda impulsar de manera nacional e internacional en compromiso de una nueva ética jurídica y política en el marco de la edificación del socialismo, identificada con los intereses de la clase obrera, que despliegue acciones en las diversas áreas del derecho, fundamentalmente en derecho laboral, y en unidad estratégica con el movimiento sindical revolucionario mundial.

11. Impulsar la creación de la Juventud Obrera y trabajadora del ALBA DE LOS PUEBLOS y la UNASUR tomando como equipo promotor a los jóvenes que participan del V Encuentro de la Juventud Trabajadora del Cono Sur – Venezuela 2018.

12. Fortalecer las UIS – Unión Internacional de Sindicatos como manera de articulación de los y las trabajadores.

13. Tomar con más firmeza las banderas del internacionalismo proletario y hacerlas parte de su práctica cotidiana, labor indispensable para contrarrestar el bombardeo ideológico permanente que desata la maquinaria propagandista del imperialismo, reforzado por los gobiernos arrodillados y por las centrales sindicales amarillas que alimentadas con recursos millonarios de las ONG del imperialismo, defienden los intereses de los verdugos de la clase obrera.

14. Incentivar la nueva cultura del trabajo para que reconozcamos que todos somos generadores de riquezas sin importar que seas obrero técnico o profesional, generando debates, foros, encuentros o seminarios que puedan desarrollarse a nivel internacional sobre la defensa de los derechos de los trabajadores y el trabajo digno.

15. Crear el Comité Permanente de la Juventud Trabajadora del Cono Sur siendo el comité promotor tomado de los asistentes y las asistentes al V Encuentro Internacional de la Juventud Trabajadora del Cono Sur.

16. Proponer a Uruguay como sede del VI Encuentro Internacional de la Juventud Trabajadora del Cono Sur – 2019.

*En el plano nacional: *

1. Promover y ejecutar programas de formación política, ideológica, técnica y científica a la juventud incorporada a la misión chamba juvenil, CPT, sindicatos, federaciones y delegados de Prevención, articulando con las diferentes escuelas de formación revolucionarias de Venezuela y el mundo y las universidades convencionales y no convencionales.

2. Definir en las universidades carreras y pensum de estudios en ramas estratégicas que fomenten y promuevan el desarrollo del aparato productivo del país.

3. Fomentar la creación de empresas de producción comunal que garanticen la producción de mercancías realmente necesarias para el pueblo venezolano. La creación de una nueva ley de Economía Comunal que no solo contemple como forma organizativa las Empresas de Propiedad Social, bien sea directa comunal, o indirecta comunal, sino que se incorpore el elemento donde se exprese como forma de propiedad las Empresas Bajo Control Obrero organizadas en el sistema RONCA, entre otros.

4. Crear del Banco de la Clase Obrera, que garantice que la colocación del ingreso percibido en dicho banco como parte del ahorro de los trabajadores y las trabajadoras no ingrese en el capital de la burguesía financiera e industrial, sino que por el contrario retribuya en beneficios y posibilidades de financiamiento para los trabajadores y las trabajadoras. Dicho banco debe ser dirigido y administrado bajo Control Obrero Revolucionario, manejar los fondos para la seguridad social, política habitacional, pensiones y jubilaciones de los trabajadores y las trabajadoras e impulsar el desarrollo e inversión a las empresas de Propiedad Social Bajo Control Obrero Revolucionario.

5. Acompañar la constitución y el crecimiento de los Consejos Productivos de Trabajadores, garantizando programas formativos y un seguimiento permanente en el desarrollo de sus objetivos.

6. Fomentar la sindicalización de la clase obrera venezolana, garantizando una política de unificación y de fortalecimiento desde la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores y Trabajadoras de la Ciudad, el Campo y la Pesca de Venezuela, a través de la creación de sindicatos nacionales por rama, sector o industria y limitando la creación de sindicatos que generan división y que finalmente no logran tener la fuerza necesaria para contrarrestar los ataques del patrón.

7. Recuperar las casas de cultivos que están abandonadas a nivel nacional para retomar la inversión realizada por nuestro gobierno revolucionario y hacer en ellas bancos de semillas que garanticen la siembra de nuestros campesinos para que se produzcan los alimentos que necesita la Patria, con la incorporación y recuperación además de la maquinaria de la empresa Pedro Camejo.

8. Que el Presidente Nicolás Maduro Moros ponga en manos de la Juventud Obrera de la CBST al menos una empresa en cada estado del país que nos permita demostrar las capacidades y oportunidades de ejercicio para la transformación del Estado.

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