Es conocido por todos que la multinacional REPSOL-YPF hasta ahora explotaba y especulaba (sacando millones de beneficios) con los recursos petrolíferos del pueblo de Argentina. Era la punta de lanza de la expansión económica, imperialista y política de España y el capital europeo en los mercados de América Latina, y en una de las excolonias españolas.
Tras la decisión del gobierno argentino de nacionalizar la empresa petrolera YPF es sorprendente (para los que aún no conocen la dependencia, cada día mayor, del FMI y de las multinacionales, de los sindicatos afiliados a la CSI, Confederación Sindical Internacional) la reacción de los sindicatos españoles CCOO y UGT que “muestran su desacuerdo y rechazo a las decisiones del Gobierno Argentino en relación con YPF”. Sindicatos que aun, para muchos (demasiados) explotados españoles, siguen siendo “defensores de los derechos de los trabajadores”.
El comunicado de CCOO expresa textualmente que “CCOO reitera su oposición a la decisión del Gobierno argentino, que califica de grave error, y evaluará los esfuerzos del Ejecutivo español y de la dirección de la empresa para defender los intereses sociales, políticos, económicos y jurídicos que están en juego”. A la dirección de CCOO ni le preocupa que “el Ejecutivo” sea del PP, los fascistas ex-franquistas y muy pro-capitalistas españoles.
Es inaceptable, para cualquier defensor de la justicia y de la equidad, que, para confundir la conciencia de clase de los explotados españoles, un sindicato como CCOO, que hace muchos años era un sindicato combativo, apoye públicamente los intereses de una multinacional petrolera y critique la nacionalización de los recursos naturales de un pueblo, en este caso el argentino. Resulta obvio que muchos sindicatos europeos ganan dinero y prebendas, con su participación en las instituciones del sistema burgués, con la explotación de las fuentes de recursos naturales del planeta.
El principal argumento de la dirección de CCOO es el daño que esta decisión causará a los accionistas y pequeños accionistas de Repsol. Sin embargo, Respsol se ha adaptado rápidamente a la expropiación de YPF por Argentina. Sin incluir esta filial, el grupo obtuvo (mientras los trabajadores cada día sufrimos nuevos recortes) un beneficio neto hasta marzo de 643 millones de euros, con un alza del 12,4%. Si se le añade YPF, el resultado fue de 792 millones, con un alza del 3,5% con respecto al primer trimestre del año pasado. Todo ello explotando a sus trabajadores y continuando la etapa colonial europea sobre Latinoamérica.
Las direcciones de CCOO y de UGT van de la mano de las multinacionales y de los capitalistas, como va su Confederación Internacional (CSI) cuando aplaude las decisiones del G-8 en su reciente reunión de este mes de mayo. Se trata de un ejemplo característico de los intereses que defienden estos dos sindicatos, que reciben (poco en comparación con lo que obtienen como contraprestación las multinacionales que controlan el FMI, el BM y el G-8) todos los años grandes sumas de dinero del gobierno español y una cantidad muy superior de la UE (Unión Europea). La cantidad que recibieron estas organizaciones en 2010 del presupuesto general central del Estado en España sobrepasa los 10 millones de euros. Una parte se destinó a “inversiones sindicales” en Centroamérica y América Latina.
No hay cabida hoy para autoengaños, las cúpulas de los sindicatos amarillos no van a cambiar de rumbo, ni van a liderar la lucha de clases. No les interesa ni está en sus objetivos. En realidad en sus documentos y proclamas hace muchos años que hablan de “agentes sociales” en vez de “clases sociales”. Hasta en su lenguaje se han dejado “domesticar”.
Centroamérica, el Caribe y América Latina deben saber que las antiguas CCOO (las que durante decenios combatieron a la dictadura fascista de Franco, las que pagaron su heroica lucha con decenas de asesinados, con centenares de torturados y con miles de encarcelados, despedidos y exiliados; las que fueron afiliadas a la FSM que siempre las apoyo contra el dictador) no existen. Se hundieron en medio de la corrupción, los escándalos financieros y el acercamiento a las multinacionales.
Ante esta realidad, únicamente la Federación Sindical Mundial (FSM) mantiene una auténtica posición de defensa de los intereses de los asalariados, una posición clasista y clara y hemos de felicitamos por ello. Ha demostrado, desde su fundación en París el 3 de octubre de 1945, ser la única Organización Sindical Internacional independiente y combativa.
La FSM sacó inmediatamente (20 de abril de 2012) un comunicado que empezaba diciendo: “La Federación Sindical Mundial con motivo de la tensión en las relaciones entre Argentina y España sostiene que es inaceptable que los monopolios y las transnacionales saqueen las fuentes de recursos naturales de cada país.” Y añadía: “La FSM expresa su solidaridad con la lucha de las organizaciones sindicales clasistas de Argentina que exigen el cese de la explotación capitalista, el cese del robo de la riqueza natural del país por parte de REPSOL-YPF y otras transnacionales.”
Los sindicatos de clase del estado español estamos de acuerdo con estas afirmaciones y también con la conclusión que cerraba el texto de la FSM: “Para la clase trabajadora y los pueblos de todos los continentes la solución fundamental y definitiva no vendrá dada por las rivalidades inter-capitalistas sino a través de la socialización de los monopolios y los cárteles empresariales.”
Un saludo clasista e internacionalista.
Barcelona, mayo de 2012.
________________________________
Quim Boix i Lluch
Fundador de CCOO (despedido 8 veces, y detenido otras 11, torturado, por defender a este sindicato bajo el franquismo).
Actualmente Secretario General de la CSU (Central Sindical Unitaria) de Pensionistas y Jubilados de España http://centralsindicalunitaria.wordpress.com/
Miembro del Consejo Presidencial de la Federación Sindical Mundial (FSM) http://www.wftucentral.org/?language=es