Estimados compañeros de la Presidencia, compañeros todos:
Al propósito de poder proclamar la existencia de la Federacion Sindical Mundial 70 años atrás, contribuyó la unitaria Central de Trabajadores de America Latina, la emblemática CTAL.
Años después, en la inauguración del X Congreso Sindical Mundial celebrado en La Habana en 1982, el líder histórico de la Revolución Cubana, el compañero Fidel, se refería a este asunto medular expresando, y cito: “….A lo que nos une, y no a lo que pueda separarnos, es a lo que debemos mirar en esta difícil y peligrosa coyuntura. Sin que nadie tenga que renunciar necesariamente a sus posiciones, estamos convencidos de que el movimiento sindical mundial puede avanzar hacia el diálogo, hacia la búsqueda de los caminos de la unidad y hacia pasos concretos de acción común, sobre la base del objetivo supremo que identifica a los sindicatos en todos los continentes: la defensa de los intereses de los trabajadores y de sus pueblos…..” Fin de la cita.
Arribamos a nuestro 70 Aniversario esforzándonos, en la America Nuestra, por hacer realidad los sueños de unidad de los que dieron vida a la FSM.
Por supuesto, aspiramos a la unidad por principio, pero con principios. No puede ser una unidad para fortalecer ideales y actitudes que no son los nuestros sino, por el contrario, para, basada en nuestros valores, sirva para promoverlos, difundirlos, extenderlos. Una unidad que rechazando el sectarismo, nos amplíe.
Poco después de celebrado el XV Congreso Sindical Mundial en La Habana – determinante en sacar a la FSM de su debilidad y desidia – fueron promovidos por la FSM los Encuentros Sindicales de “Nuestra America” aportadores al avance de la FSM en nuestra región sobre la base de la “UNIDAD EN LA ACCION”.
El ESNA, antimperialista, anticapitalista, clasista, es una contribución a los empeños de unir fuerzas no solo en el movimiento sindical, sino también juntando voluntades con los trabajadores auto gestionados, los desempleados, los despedidos, los campesinos, los indígenas, los sin tierra, con los desposeídos, los desamparados y pobres; con todos aquellos que, en fin, reivindicando justicia, luchan contra los poderosos que nos oprimen.
La “barbarie” capitalista, compañeros, ha llegado a situaciones extremas. Su antídoto, el socialismo, avanza en nuestra región evocando la alternativa proclamada antes de la existencia de la FSM: “O socialismo o barbarie”.
Esa batalla entre el pasado opresor y el futuro esperanzador por el que luchamos, se hace cada vez más aguda en nuestra región.
Expresión de ello son nuestros compañeros que sufren o han sufrido persecución, maltratos, torturas, represión o los brutalmente asesinados; nuestros compañeros presos injustamente o que lo han sido en Paraguay, Colombia, Guatemala, México.
¡Libertad para Julia Amparo Lotan, Vicepresidenta de la FSM y su Coordinadora en Guatemala; para Huber Ballesteros, uno de los líderes del Equipo FSM en Colombia y nuestros hermanos paraguayos; Rubén Villalba, Simon Bordón, Agustín Acosta, Roque Rodriguez, Basiliano Cardozo y Arístides Vera!
Compañeros: La trampa en que está trabado el mundo capitalista sigue siendo la misma. Las políticas económicas que generen desigualdad social seguirán conduciendo al capitalismo a un callejón sin salida.
No pueden resolverse los problemas del capitalismo con más capitalismo. No hay otra alternativa que transformar la realidad que nos asfixia.
Los capitalistas quieren, como nunca antes, también en America Latina y El Caribe, una nueva generación de trabajadores que sea flexible, barata y sometida propugnando su adaptación a métodos de explotación similares a los del sistema esclavista y feudal. Menguan nuestros derechos hasta desaparecerlos. El desempleo, generado por su caduco sistema, contribuye a esta nefasta realidad.
Está además el trabajador impedido de reclamar y si lo hace, es expulsado hacia la centrifuga adonde son desechados los que “sobran” o los que se rebelan. La consigna reaccionaria de que el mejor sindicato es el que no existe, es, no solo proclamada así mismo en nuestra región como en otras latitudes, sino vilmente aplicada.
La filosofía del pluralismo sin límites, como única forma de libertad sindical, la política de concertación de clases y la entrega de los intereses de la clase trabajadora a los del capital internacional, repercuten negativamente en la afiliación sindical, en el número de sindicatos y en su capacidad de lucha.
En respuesta a ello los trabajadores latinoamericanos, formando parte de sus pueblos, han contribuido a que cada vez en más países, se proclamen gobiernos que tienden a encontrar respuesta a los agobiantes y ancestrales sufrimientos populares.
El movimiento sindical clasista, el de lucha, el revolucionario, históricamente a la vanguardia de los procesos de cambio, no podría estar hoy a la zaga de las transformaciones que avanzan.
Pero somos conscientes de que no se puede cambiar un sistema desde el gobierno, se requiere, para ello, alcanzar el poder aun por conquistar en la mayoría de nuestras naciones.
“….Para nosotros no se trata de reformar la propiedad privada, sino de abolirla; no se trata de paliar los antagonismos de clase, sino de abolir las clases; no se trata de mejorar la sociedad existente, sino de establecer una nueva….” Tal legado de Marx y Engels tiene hoy plena vigencia como banderas de nuestras luchas.
La atmósfera de trasformaciones en “Nuestra América” en la búsqueda de la justicia social que merecemos, ha favorecido el avance de la FSM permitiendo avizorar que el futuro de progreso en America Latina y El Caribe, lo es, asimismo, de la Federacion Sindical Mundial.
El sindicalismo vacío de ideas nada tiene que aportar al desarrollo de la America Nuestra que construimos.
Compañeros, conscientes de que o nos unimos o perecemos, se constituyó, exitosamente, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la CELAC.
Respaldada por la FSM, constituye un hecho histórico de extraordinaria significación estratégica para los destinos de nuestra región.
Pero a nuestro juicio el mayor enemigo de nuestra integración, lo es el modelo de desarrollo impuesto porque asfixia. Si a la larga no es derrotado a nivel regional y dentro de cada uno de nuestros países, no habrá integración y seremos cada día más dependientes.
Abogamos porque la CELAC avance hacia un paradigma regional que rebase las diferencias, privilegie nuestra comunión de intereses y necesidades, impulse la acción solidaria y amplíe la cooperación y la solidaridad tal y como va logrando la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA – TCP) surgida como antídoto a la derrota del ALCA que promovía el imperio; hazaña cuyo 10mo. Aniversario próximamente celebraremos.
Tenemos que defender la Declaración por la CELAC de America Latina y El Caribe como Zona de Paz. Los cambios que avanzan en “Nuestra América” no son, por supuesto, del agrado de los que han ostentado secularmente el control de nuestras economías y recursos y han quebrado, en aras de sus intereses, la democracia que hipócritamente proclaman.
Somos testigos de las agresiones de todo tipo sufridas y que en la actualidad padecen los pueblos y gobiernos de algunos de nuestros países con los cuales pedimos este Simposio se solidarice. Estamos obligados a mantenernos alertas y dispuestos a sumar fuerzas en el enfrentamiento a las agresiones del imperialismo yanqui y sus acólitos en su pretensión de revertir lo avanzado e imponer su modelo devastador.
Persisten, compañeros, en nuestra región, pese a los avances logrados, serias limitaciones en el plano sindical. Somos conscientes de que para enfrentarlas se requiere, ante todo, de una diáfana militancia clasista la que supone ser ajenos a los “embrujos”, a las “seducciones” de un tipo de sindicalismo que confunde y que con su dinero corruptor compra conciencias como si fuesen mercancía generando “mercenarios sindicales” que venden los intereses de los que se dicen representar.
El daño que este sindicalismo de abdicación provoca, es particularmente perjudicial en los jóvenes que al arribar al trabajo por lo general no conocen la historia y experiencias del movimiento sindical; no saben por qué y para qué este surgió; desconocen, sin ser su culpa, la existencia de clases antagónicas con intereses irreconciliables. Educarlos es un deber impostergable.
Nuestros XV y XVI Congresos Sindicales Mundiales propiciaron, indudablemente, un fortalecimiento del movimiento sindical clasista en la America Latina y El Caribe pero pese a ello, aún tenemos complejos desafíos.
Un ejemplo lo es la necesidad de incrementar las batallas en el seno de las Empresas Transnacionales que nos esquilman, nos depauperan acumulando cada vez más riquezas en medio de la crisis del capitalismo. Tenemos que coordinar empeños sindicales en su interior coordinados con los sindicatos de sus matrices.
La labor sectorial que debemos dinamizar a través de nuestras valiosísimas Uniones Sindicales Internacionales – a cuyas direcciones aquí presentes saludamos fraternalmente – no solo puede ayudar a este propósito antimonopólico, sino además aportar a una mayor influencia en las organizaciones sectoriales de base nacionales disminuyendo, hasta destruir, la influencia de enquistadas cúpulas sindicales traidoras de los intereses de los trabajadores en sus países.
La ofensiva capitalista obliga a una permanente batalla por defender los derechos conquistados con nuestras luchas. Ello está condicionando que nacionalmente cada vez dispongamos de menos tiempo y recursos para contribuir a las acciones que exigen de nuestro concurso en el ámbito internacional. Es algo que tenemos que neutralizar conscientes de que las batallas de uno tienen que ser de todos si queremos que triunfen.
No podemos pasar por alto, compañeros, el decidido apoyo que la Secretaría de la FSM para la America Nuestra ha recibido del movimiento sindical clasista en la región. En particular es de destacar el aporte decidido de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y de la Central de Trabajadoras y Trabajadores de Brasil (CTB) que con tanta pasión ha acogido esta magnífica celebración de nuestro 70 Aniversario.
Obligado también es reconocer la inspiración que nos ha proporcionado en la región la fuerza dinamizadora del Secretariado de la FSM y en particular de nuestro Secretario General, el compañero George Mavrikos.
Cada ataque no nos arredra, por el contrario, nos fortifica. Continúan en ascenso en “Nuestra América” las combativas batallas de trabajadores y pueblos.
No fueron pocas en las que nuestras organizaciones afiliadas participaron en las primeras filas y las que la FSM acompañó de distintas maneras enfrentándose, por disímiles métodos y vías, al incremento brutal de la represión contra el sindicalismo.
Impulsando tales acciones, hemos estado contribuyendo a la necesaria recuperación de la capacidad de lucha y de victoria de los trabajadores, ayudando al rescate del dinamismo y representatividad en la actuación sindical y también aportando a la tan necesaria unidad de la izquierda en nuestra región.
Los trabajadores, los pueblos latinoamericanos y caribeños, ganamos cada vez más conciencia de nuestros derechos y de nuestra fuerza para luchar por conquistarlos o preservarlos.
Pese a todas las agresiones sufridas, aquí estamos planteándonos – en la celebración de este 70 Aniversario de la FSM – qué hacer no solo para resistir, sino para vencer.
¡LA ACCIÓN TIENE QUE CONTINUAR CONTRIBUYENDO AL DESARROLLO DE IDEOLOGÌA!
¡VIVA LA FSM EN SU 7O ANIVERSARIO!
Ramón Cardona
Secretaría
FEDERACION SINDICAL MUNDIAL
REGION AMERICA LATINA Y EL CARIBE