39 años del golpe de estado en Chile




AVN.- Las movilizaciones estudiantiles, que se intensificaron en 2011, son un reflejo de esta realidad. Los estudiantes chilenos piden volver al modelo educacional planteado durante el gobierno de Allende; que establecía la gratuidad de la enseñanza, donde el Estado se hacía cargo de garantizar este derecho a todos por igual.

De acuerdo a una reforma a la Constitución aprobada tras la llegada de Allende al poder se estableció “la libertad de enseñanza. La Educación Básica es obligatoria. La educación es una función primordial del Estado, que cumple a través de un sistema nacional del cual forman parte las instituciones oficiales de enseñanza y las privadas que colaboran en su realización, ajustándose a los planes y programas establecidos por las autoridades educacionales”, artículo 10 reformado de la Carta Magna.

“Las Universidades estatales y las particulares reconocidas por el Estado son personas jurídicas dotadas de autonomía académica, administrativa y económica. Corresponde al Estado proveer a su adecuado financiamiento para que puedan cumplir sus funciones plenamente, de acuerdo a los requerimientos educacionales, científicos y culturales del país”.

Además añadía “Los estudiantes universitarios tienen derecho a expresar sus propias ideas, y a escoger, en cuanto sea posible, la enseñanza y a los profesores que prefieran’”.

También el sector económico y el control estratégico de los recursos naturales del país tuvo prioridad en los tres años de gobierno de Allende. En ese sentido se nacionalizó la industria del Cobre en 1971, con el Estado bajo control del 100% de la misma.

En términos generales, el plan del gobierno de la coalición Unidad Popular incluían: nacionalización de las áreas claves de la economía chilena, aceleración de la reforma agraria, control de precios, aumento de salarios a todos los trabajadores, reforma constitucional y creación de una cámara única en el Congreso.

“Salvador Allende fue un hombre que luchó cincuenta años por mayor justicia social para que este país fuera diferente”, dijo en una oportunidad la senadora María Isabel Allende, hija del ex gobernante.

Golpe de Estado

No obstante, todos estos cambios se vieron truncados en 1973, cuando el 11 de septiembre un comando encabezado por el general Javier Palacios asaltó La Moneda (casa de Gobierno), por órdenes de Augusto Pinochet, jefe del Ejército, con el objetivo de derrocar al gobierno socialista de Allende.

Los medios de comunicación jugaron un papel relevante para la concreción del golpe, proceso que se inició desde el mismo momento de la asunción de Allende al poder.

Después del asalto, Pinochet asumió la Presidencia de facto hasta 1990. En este período se desató una ola de violencia represiva sin precedentes, sobre todos los barrios populares que fueron ocupados militarmente.

Cifras de organismos de derechos humanos señalan que hubo 3.200 muertos, 8.000 torturados y cerca de 300.000 exiliados.

Políticas de Pinochet

La precarización laboral, sobre todo en el sector minero, la extranjerización de la economía, y la mercantilización de la salud y la educación son las marcas más profundas que la dictadura militar de Pinochet dejó en el país.

Durante la dictadura de Pinochet se establecieron una serie de normas, todavía vigentes en Chile, que ampliaron la brecha entre los más ricos y los más pobres del país; y dejaron la conducción de la nación suramericana en manos de sectores burgueses imbuidos del ideal neoliberal y de las consignas de los Chicago’s Boys.

“A partir de la dictadura de Pinochet vivió un profundo cambio en la arquitectura del estado, caracterizado por la privatización de sectores, como la salud, previsión y educación. Este largo proceso fue llevado a cabo en un ambiente de represión, bajo la aspiración de cumplir todas las máximas neoliberales propuestas por la llamada Escuela de Chicago, del economista Milton friedman”, de acuerdo a la profesora chilena Monica Peña Ochoa.

Ochoa dice además que, por ejemplo, “el modelo educacional pasó de ser público a uno descentralizado, caracterizado por la municipalización de las escuelas públicas, así como el nacimiento de un sector particular – subvencionado administrado por privados que reciben financiamiento, al igual que las escuelas municipalizadas, a través de una subvención a la demanda, es decir una subvención económica calculada a través de la asistencia de alumnos”.

Para sellar las políticas en materia de educación aplicadas previamente, con un ideario empresarial, se promulgó el 10 de marzo de 1990, último día de la dictadura, la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (Loce), sobre la cual el ahora presidente Sebastián Piñera tuvo una influencia importante; pues era quien proponía un desplazamiento de las funciones del Estado chileno: que no tenga como meta garantizar la educación sino velar por los créditos financieros.

En cuanto a la industria del Cobre, el régimen de facto aplicó en 1981 la ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras. Con esta normativa, los yacimientos de minerales pasaron a ser concesiones plenas, abriendo la explotación a compañías privadas que además recibían rebajas tributarias.

Este proceso tuvo sus efectos negativos, en 1973 el 94% de la producción cuprífera estaba en manos del Estado, para 2007 ese porcentaje se reducía a 31%.

Las políticas pinochetistas también provocaron una reducción del gasto público, despido de trabajadores públicos, aumento al Impuesto al Valor Agregado (IVA) y la anulación del sistema de ahorro y préstamos de vivienda.

Estas medidas neoliberales siguen vigentes 22 años después del fin de la dictadura. Por esa razón los chilenos se encuentran en las calles, para pedir una reforma constitucional, cambio al sistema educativo, renacionalización del cobre, entre otras medidas que beneficien a la totalidad de los habitantes de este país suramericano.

También, familiares de víctimas de la dictadura denuncian impunidad.

Grave amenaza contra los trabajadores y trabajadoras

Bajo el falso pretexto de cortar privilegios a los empleados públicos y de unificar sobresueldos, el gobierno neoliberal liberacionista anunció un proyecto de ley que significa una de las mayores y más agraves agresiones a los derechos sociales y laborales de los y las trabajadores.

De golpe y porrazo el gobierno de Laura Chinchilla recupera uno de los más viejos anhelos de la oligarquía costarricense desde que se aprobaron el Código de Trabajo y las Garantías Sociales.

En las condiciones de 1943 y dada la correlación de fuerzas existentes, el movimiento sindical y popular logró una victoria histórica con la aprobación de una legislación que iba a cambiar profundamente el rostro social de Costa Rica. La clase trabajadora pasaba a ser un sujeto de derechos que sabía luchar por ellos y por su defensa.

La legislación social y laboral, sin embargo, por muy avanzada que pudiera ser en su momento, siempre está limitada por los contextos históricos en los que se desenvuelven las luchas sociales y de clases.

Había que seguir luchando no solamente para que lo conquistado no se pierda, sino para tratar de seguir ampliando también esos derechos por medio de la organización y de la lucha social. Por ejemplo, el derecho a la libertad sindical está en el Código y en la Constitución, pero hoy en la democrática Costa Rica más del 95% de los trabajadores y trabajadoras de la empresa privada no tienen ese derecho.

Es cierto que lamentablemente sólo en el sector público existe la libertad sindical. Eso ha permitido mejorar las condiciones de vida y de trabajo de decenas de miles de trabajadores. La negociación colectiva y la firma de convenciones, instrumentos de toda verdadera democracia, permiten que los derechos se puedan elevar sobre los mínimos de ley establecidos, como es el caso de la cesantía, de los incentivos salariales y otros.

Aunque hay una campaña feroz que califica de privilegio cualquier conquista social o laboral, lograda ya sea por medio de la lucha o por medio de la negociación colectiva, no son privilegios son derechos aquí y en cualquier parte del mundo donde se respeten los derechos de las clases trabajadoras.

¿Qué puede haber situaciones de abusos y de corrupción? Indudablemente, ni el sindicalismo ni ningún grupo social está vacunado contra el abuso y ciertos casos de corrupción. Pero son insignificantes al lado de un movimiento que a lo largo de nuestra historia ha dado sobradas muestras de patriotismo. Tampoco es homogéneo el movimiento sindical y junto a sectores que siempre han dado ejemplo de honestidad y coherencia, también han existido sectores que tradicionalmente se prestaron para hacerle el juego a la patronal.

¿Qué es lo que quiere el gobierno de los ricos en realidad?

Terminar nivelando a todos los trabajadores hacia abajo, quitándoles derechos con burdos pretextos que lamentablemente llegan a calar en otros sectores populares y progresistas del país, dada le persistente y feroz campaña antisindical de la plutocracia nacional.

Lo que busca el neoliberalismo es en el fondo nivelar a los trabajadores del sector público con los del sector privado. Ese siempre ha sido su proyecto. Abolir los derechos sociales y laborales que todavía existen en el sector público, y colocar a todo el mundo en las mismas condiciones en que se trabaja en la maquila, en la construcción, en el comercio y el transporte, en piñeras, bananeras y otras plantaciones, etcétera. Si pudieran recuperarían la vieja nostalgia de la oligarquía cafetalera de hacer un país de peones y de pequeños propietarios atados para siempre al beneficio y al exportador.

No se trata de reconocer a los trabajadores y trabajadoras del sector privado derechos laborales y sociales que son brutalmente desconocidos por la inmensa mayoría del sector empresarial y de los gobiernos a su servicios, sino de quitarle derechos a los trabajadores del sector público para que todos sean igualiticos en bajos salarios y otras garantías laborales y sociales.

¿Qué es sino el TLC?

El proyecto de crear un mercado regional único, donde se compita sobre la base de menores salarios y beneficios sociales, sin sindicatos que jodan si es posible.

La propuesta de ley, de hacerse realidad, sería un retroceso de dimensiones históricas en el significado de lo que representa la lucha social, la organización sindical y la negociación colectiva.

No sólo es una agresión a grupos de trabajadores y de trabajadoras del sector público, es una agresión que afectaría profundamente al conjunto de la clase trabajadora, incluida la del sector privado aunque hoy no puedan ser plenamente conscientes de ello, por las condiciones de encierro y de miedo a los que están sometidos por un poder patronal despiadado.

También es una agresión contra la sociedad democrática costarricense y todo el movimiento social popular, pues se trata de un eslabón de la misma estrategia contra nuestros derechos democráticos y sociales.

Es necesario y urgente decir inmediatamente no a este perverso proyecto y prepararse para las necesarias movilizaciones que tendrán que darse en todas las calles y centros de trabajo de nuestra patria.

PARTIDO FRENTE AMPLIO

Sigue el despilfarro de miles de millones en la CCSS


El impacto de esta directriz contrajo serias dificultades a nivel local para asumir el mantenimiento de los equipos, debido a que no contaban con el personal suficiente y capacitado y sin el presupuesto para la contratación.

Previo a la reestructuración la institución a nivel central por medio de la Sección de Mantenimiento de Equipo Médico contaba con técnicos experimentados, personal que en los últimos años se ha limitado a labores administrativas bajo el nombre de Gestión de Mantenimiento.

En ese entonces existían 35 técnicos, con un alto grado de especialidad y conocimiento que le brindaban a los hospitales, clínicas, áreas de salud y administrativo, un excelente servicio en el mantenimiento y prevención de equipos de alta, mediana y baja complejidad.

Entre estos, el personal atendía equipos médicos electromecánicos (Esterilización, Unidades Dentales, Máquinas Anestesia, Ventiladores pulmonares, etc), especialidad en electromedicina ( laboratorio clínico, monitores, desfibriladores, electrocardiogramas, mesas y lámparas de cirugía etc.) y equipos de RX ( Rx convencionales, mamógrafos, TAC, etc.), asesoraban a las altas autoridades institucionales en la compra y adquisición de tecnología de punta y eran capacitados como requisito para la reparación y mantenimiento de los mismos.

Pero de pronto unos “iluminados”, esos a los que nunca se les investiga, se les previene o sanciona, tomaron la decisión de prescindir de este personal, que contaba con un taller central en la Uruca.

Cabe recalcar que la Sub-Área de Equipo Médico cuentan con un edificio donde se encuentra parte del personal, del Área de Gestión Tecnológica, la otra parte del personal está alquilando o pagando, teniendo infraestructura y espacio físico adecuado en la Sub-Área de Equipo Médico en la Uruca.

Desde entonces, a estos 35 técnicos, se les quitaron las funciones, igualmente se les prohibió reparar cualquier equipo médico, aunque fuera de significativa necesidad para brindar el servicio al asegurado.

Durante estos años, estos trabajadores no hacen más que archivar papeles y llevar algunos controles, siendo la mitad de ellos reubicados en otras áreas, mientras equipos médicos de altísimo valor, esperan su reparación.

Esto no es ni más ni menos que un enorme despilfarro de recursos económicos, por parte de los altos jerarcas de la Caja, en la compra de estos y otros servicios privados, en el alquiler de edificios, traslado de pacientes en la Cruz Roja y otros vehículos por más de 50 mil millones de colones al año.

Si hiciéramos un inventario de salarios, estaríamos hablando de alrededor de 3 mil millones de colones en estos 7 años, más el valor de los equipos deteriorados y dañados, el monto se elevaría a muchos miles de millones.

Pero adicionalmente a éstos, también se han erogado otros miles de millones por parte de la Gerencia de Infraestructura y Tecnología, en la contratación de mantenimiento de equipos viejos y nuevos, donde muchas veces se incumplen los malos contratos que se firman.
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¡Exijamos rendición de cuentas de los altas jerarcas!_

Perverso ataque contra derechos y salarios en sector público – CCSS

·Anteproyecto del gobierno de Liberación y otros, elimina los pluses

Para todo aquel personal que tenía duda o se dejó confundir – ya se confirmó – el gobierno de Laura Chinchilla, Liberación Nacional, diputados de otros partidos y la Junta Directiva de la CCSS, anuncian la eliminación de todos los pluses salariales.

Ya se conocía esta malvada intención y hoy por medio de un anteproyecto denominado “Ley para el ordenamiento de las retribuciones adicionales al salario base del sector público” se comprueba el perverso ataque contra aproximadamente 300.000 empleados públicos, incluyendo los 50 mil del Seguro Social.

El objetivo es eliminar todo aquel complemento o plus salarial que esté por encima del salario base o mínimo legal: disponibilidades, prohibición, riesgo laboral, peligrosidad, ajuste técnico, remuneraciones por puesto, cesantía, riesgo manicomial, alimentación, uniformes, zonaje, vivienda, etc.

En el sector de la CCSS la totalidad del personal disfruta, dependiendo de su puesto, de varios de estos conceptos salariales.

Con esto, los políticos de turno, pretenden supuestamente solventar el déficit fiscal, denigrándonos ante la opinión pública, diciendo que son “privilegios odiosos”, mientras que los ricos evaden el pago de los impuestos tributarios, a las grandes empresas extranjeras se les privilegia con la exoneración en el pago de tributos por miles de millones y los salarios de jerarcas del gobierno, diputados, la profunda corrupción y las pensiones de lujo, no se tocan.

Somos, con mucha dignidad y autoridad moral, empleados públicos decentes y honrados. En su mayoría contamos con un salario apenas para vivir dignamente, para mantener a nuestras familias y garantizarles el estudio a nuestros hijos, no somos delincuentes, corruptos, ni ladrones y debemos de defender lo que tenemos a toda costa, y que nadie nos lo regaló porque fue peleado, o correríamos el riesgo de perder hasta los bienes materiales y familiares.

Preguntamos: ¿Quién vive en este país con un salario mínimo, de forma decente?, Ni nosotros, menos con el del sector privado, con quienes piensan equipararnos.

PREPARÉMONOS PARA LA GRAN BATALLA DE CLASES SOCIALES

“Aquí hay muchos sordos”

Leonardo Jeff

En declaraciones a la Radio Pública de Argentina, Leonardo Jeff, académico chileno y director del Centro de Estudios Latinoamericanos analiza el ambiente convulsionado que vive el país que conduce Sebastián Pinera. Los incesantes reclamos sectoriales, la crítica a la mercantilización de la educación, la respuesta represiva del Gobierno y las próximas elecciones, configuran un escenario político y social complejo e incierto.

– Desde su visión integral de la temática educativa ¿cuál es el eje del conflicto que se da en Chile desde hace dos años de manera tan profunda?

– El meollo es la lucha por la defensa de la educación pública, la educación que está a cargo del establecimiento del Estado para que sea efectivamente gratuita. Ustedes no lo pueden concebir porque la educación en la Argentina, las universidades nacional y públicas son gratuitas. Pero acá, la universidad estatal es pagada por las familias.

Lo segundo es luchar contra el lucro en la educación, porque se ha convertido en un buen negocio para consorcios económicos de carácter nacional y trasnacional. Entonces, estamos también luchando porque hay en el país prácticamente 60 universidades, de las cuales son 16 del Estado de Chile, 9 son privadas trasnacionales y el resto 35 son privadas, formadas durante el gobierno militar. Y de esas 35, muchas de ellas son realmente un negocio.

En un estudio que hecho por el ministerio de Educación de Chile sobre el estado financiero de las universidades aparece que el 90 por ciento tiene vínculos con empresas privadas en un promedio de 6 por universidad. Frente a esa situación, incluso el Ministro de Educación parece no tener muchas posibilidades de intervención.

Es cierto que las universidades tienen vínculos con empresas, pero habría que ver qué tipo de empresas. Yo, por ejemplo, digo categóricamente que a Universidad Andrés Bello, la Universidad de las Américas y la Universidad Viña del Mar pertenecen a un consorcio de carácter norteamericano. Ellos lo que buscan es la venta obligada de sus inversiones. Para ello, utilizan una figura, porque la ley no permite que las universidades persigan fines de lucro, y la figura es tener una empresa que les arrienda los inmuebles donde ellos funcionan. A través de ello del arriendo obtienen las utilidades. Ese es el caso más corriente de diferentes universidades privadas. Hay algunas otras universidades que tienen empresas pero que tienen que ver con su quehacer, así que habría que hacer un distingo muy claro de qué empresa se trata.

– ¿Se puede pensar que el reclamo estudiantil comienza a ser parte de los reclamos de otros sectores sociales, como la Confusam, por ejemplo?

Unos días atrás, la Confederación Nacional de Funcionarios de Salud Municipalizada (Confusam) dio un abrazo simbólico al Congreso pidiendo una constituyente en Chile, una reforma de la Constitución. Yo creo que hay reclamos de muchos sectores y pasan por un periodo de mayor intensidad durante el año 2011. Ahora se está retomando fuerza y hay muchos sectores afectados, entre ellos además de los trabajadores de la salud los deudores hipotecarios por asuntos de vivienda. Así que hay un movimiento que trasciende la educación.

– ¿Cuál es la respuesta del sistema político frente a estos reclamos crecientes?

En principio, yo creo que el Gobierno no entiende nada de lo que se tratan las demandas estudiantiles. El ministro de Educación ha dicho recientemente que los estudiantes perdieron sus banderas de lucha. Las banderas de lucha están muy claras, lo que pasa es que él no quiere escuchar, no quiere oír. Y no hay peor sordo que el que no quiere oír, como dice el dicho.

Además, las clases políticas, los partidos, los parlamentarios tienen sensibilidades muy diferentes. Hay algunos muy sensibles, pero son la minoría. Y frente a una posibilidad de una Asamblea Constituyente, la mayoría se opone a ello porque no está establecido en la Constitución para que exista una constituyente. Entonces, si ellos no quieren, no hay paso para ello, salvo que haya una presión social que los obligue a hacer una reforma en la Constitución y establezca la Asamblea Constituyente.

Pero observamos que el oficialismo, el Gobierno, ante los reclamos está reprimiendo. Y tampoco hay salida política. Cualquier analista podría plantear que es un callejón sin salida, y puede terminar en situaciones mucho más complejas.

– La presión social, ¿cómo se cataliza?

Desgraciadamente el Gobierno actúa reprimiendo. Y la represión es cada vez más fuerte. En las principales ciudades de Chile, donde se hacen las manifestaciones, se observa la fuerza policial extremadamente armada en términos provocativos. El otro día un alumno de la Universidad fue tomado en la calle, subido a un bus de la policía, paseado durante varias horas, con la incertidumbre de saber qué le podía pasar, y así, hay una serie de otras medidas en las que la policía arremete con fuerza contra los manifestantes.

Incluso hay denuncias de abusos de algunos estudiantes detenidos. Y esto está recordando los viejos tiempos de la Dictadura. Realmente uno no ve los procedimientos policiales. La incorporación de lo que se ha insistido tanto, que ellos tienen que ser formados en el respeto a los derechos humanos; en este caso los derechos de los ciudadanos y ciudadanas de este país.

– En estos días denunció el ingreso de personal policial o carabineros a las universidades ¿Esto está permitido? ¿Se pueden hacer estos procedimientos?

El único autorizado a solicitar la fuerza pública es el Rector de la universidad, salvo que se esté cometiendo un delito flagrante.

Las organizaciones estudiantiles están denunciando que les impiden realizar asambleas dentro de las universidades o las instituciones educativas; y hemos visto cómo se saca a los estudiantes de una manera abrupta.

Lo que pasó días atrás fue en el Instituto Nacional, el establecimiento educacional más antiguo del país, fundado en 1813, que se apronta a conmemorar los 200 años. Ahí entró un bus policial dentro del recinto. Eso es inadmisible. Ahora, las asambleas, por lo menos en mi universidad, la Universidad de Valparaíso, que es una Universidad del Estado de Chile, se pueden realizar normalmente, no hay problema. El problema se produce en la calle.

– ¿Qué es lo que sigue, cuál es su impresión del futuro inmediato?

Yo creo que van a haber manifestaciones cada vez más fuertes, para ver si los partidos políticos pueden entender lo que está pasando porque pronto, hacia fin de año, hay elecciones de alcaldes, que equivale a las elecciones de intendentes y de concejales en Argentina. Y esa elección va a ser muy importante en la perspectiva de la elección presidencial que hay el próximo año. Así que en la medida en que se acerquen esos comicios, la fuerza del movimiento social se va a manifestar para hacerse oír, porque aquí hay muchos sordos.

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Por Laura Colmenares y Bárbara Perrera | Desde Mendoza, Argentina
03|09|2012
Fuente: apasdigital. org