Foro de Occidente: ¡No más corrupción!

Movilización Nacional 16 de mayo 2013 por:

– Completa anulación del contrato de concesión Carretera San José – San Ramón

– Que no se pague ninguna indemnización a la empresa OAS

– Que se establezcan y procesen a los responsables de ese contrato

– Que se derogue la Ley de Concesiones

Protestaron por servicios clínica Solón


La actividad, organizada por la Mesa de Diálogo de Hatillo, Asociación Vecinos de los Hatillos (ASODEVEH), Junta de salud, Frente Nacional por la Defensa de la Caja, Comité Patriótico de Hatillo, Fuerzas vivas de Alajuelita, Asociación de Desarrollo Ciudadela 15 de Setiembre (CADE), Comité Nietos de Carazo (CONICA), contó con el apoyo de UNDECA, ANDE y APSE.

La protesta se originó por el deterioro en los servicios de salud de la Clínica Solón Núñez Frutos y la Clínica de Alajuelita. En el caso de la primera la deficiente administración de la misma ha provocado largas filas, listas de espera, citas hasta para dentro de dos años, mal trato a usuarios y trabajadores, así como falta de equipo. En el caso de Alajuelita la falta de especialistas ha provocado que los pacientes tengan que ser enviados a la Solón Núñez, provocando una gran saturación y deterioro del servicio.

La clínica Solón Núñez tiene capacidad para atender alrededor de 30 usuarios, sin embargo la atención en la actualidad abarca a más de 120 mil, lo que provoca gran saturación de los servicios y esto ocurre sin que la administración o la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social, CCSS, hagan algo para resolverlo.

Basta con ver los alrededores de las zonas de las clínicas y hospitales para darse cuenta de la gran cantidad de “negocios” privados de salud, eso lleva a pensar a la ciudadanía si la caótica situación de las clínicas y hospitales, así como la llamada “crisis” de la Caja no es más que una estrategia para fomentar la privatización de los servicios de salud.

Entre las graves situaciones que han provocado la ira de la ciudadanía se encuentran de los Hatillos, Alajuelita y otras comunidades están:

– Las largas filas de espera para la atención de especialidades médicas, exámenes de ultrasonido hasta el 2014-2015, incluyendo para detectar el cáncer de mama, próstata y otros.

– Larga espera para la atención de emergencias, aparente maltrato, la inseguridad nocturna (que cuenta con el antecedente de una niña víctima de ultraje cuando su madre salía en horas de la madrugada), las largas filas desde horas de la madrugada y la devolución de cientos de pacientes que no logran ficha para los exámenes de sangre y otros.

– La aparente falta de complimiento, violación de normas y leyes para proteger a los discapacitados y adultos mayores, igualmente de protocolos para incendios y emergencias.

– El Estado de deterioro estructural y físico de la Clínica, el equipo, el hacinamiento en las salas y los pasillos es sumamente preocupante.

No menor es la pésima relación de las autoridades superiores de la Clínica con usuarios, pacientes y el personal de la clínica. Sobre este último tema, esta semana los trabajadores han sido víctimas de acoso y amenazas de despido para que no participen de la protesta.

Esta ha sido la primera manifestación de otras que se realizarán en caso de que las altas autoridades de la Caja no atiendan y resuelvan las demandas, no solo en esta clínica sino también en otras.

¡La crisis de la CCSS es responsabilidad EXCLUSIVA del gobierno de turno y la Junta Directiva de la institución!

¡De qué nos hablan?: Tiranías y democracias en Latinoamérica


Si nos hacemos eco de la inmensa cantidad de “informaciones” o “noticias” falsas, catastrofísticas, desalentadoras, irracionales, irritantes, y psicológicamente desequilibrantes, con las cuales los grandes medios hegemónicos de la región nos bombardean durante 24 horas los 365 días del año en contra de los gobiernos populares y democráticos latinoamericanos, no tenemos otra opción que salir a derrocar (o asesinar, da lo mismo a Cristina Fernández, a Nicolás Maduro, a Rafael Correa, a Evo Morales, a Manuel Zelaya … – ¡ahh, no!, este ya lo fueron – a Fernando Lugo – ¡ohh, no!, este también lo fueron -; o, si se torna necesario, a Dilma Rousseff y al Pepe Mujica, o a cualquiera que aparezca con la decisión de mejorar enserio la vida de los eternos olvidados, pobres y excluidos de nuestro continente, sumergidos en la miseria durante más de 5 siglos gracias a las expediciones humanitarias – políticas, económicas, militares y culturales – de las generosas potencias civilizadas y civilizadoras del hemisferio norte, capitalista, desarrollado, occidental y cristiano.

Por eso, creo que las democracias de nuestra Patria Grande Latinoamericana están hoy más amenazadas y acosadas por las megacorporaciones mediáticas, ultraderechistas, visceralmente fanatizadas e intolerantes, violentas, antidemocráticas y golpistas, que por la totalidad de las derechas políticas de la región y/o de la mayoría de los países en que éstas gobiernan legítimamente por estos pagos.

Trataré de persuadirlos de que aún tengo algunos patitos en fila no todos, evidentemente al hacer esta apreciación. Veamos.

El protagonismo político de nuestros pueblos de la mano de los nuevos grandes líderes de la región, felizmente paridos por nuestra Pachamama, como Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Luiz Inácio “Lula” Da Silva, Evo Morales, Rafael Correa y Cristina Fernández, ha logrado ganar libre, pacífica, reiterada y democráticamente el poder político formal de las vetustas, cínicas, inútiles e impotentes democracias burguesas de esta parte del mundo y dotarlas de contenido social y político popular, es decir, verdaderamente democrático.

Para abortar este proceso de expansión de la integración y democratización real de los pueblos latinoamericanos, las derechas asociadas con las grandes empresas mediáticas han realizado con éxito algunos ensayos golpistas, hoy eufemísticamente denominados golpes institucionales, como los producidos en Honduras y en Paraguay.

A pesar de ello, la fortaleza política de los procesos de integración, gracias a la gran capacidad e inteligencia de los líderes regionales, se ha traducido en una situación de respetuosa y estable convivencia de nuestros gobiernos populares con algunos gobiernos de derecha, como los de Chile y Colombia.

El Presidente Santos, muy a su pesar, pero con una dosis de inteligencia extraña a la derecha mundial de estos tiempos, ha logrado comprender que el lugar natural de Colombia en este mundo está en la convivencia con sus vecinos latinoamericanos y que su relación con Estados Unidos – por muy carnal que quisiera que fuese – no puede ser la misma que encarnó el expresidente Álvaro Uribe.

A Néstor Kirchner le debemos este gran avance integrador, sin ninguna duda. Chile, con un pinochetista duro y peligroso en el poder, ha tenido algunos rasgos de pragmatismo y entendimiento de la coyuntura histórica que lo ha llevado a no sacar los pies del plato de la Unión de Nacional Suramericanas (Unasur) y a tratar de llevarse razonablemente bien con el Mercado Común del Sur (Mercosur). La posición chilena actual por la disputa de Argentina con Inglaterra sobre las Islas Malvinas es un indicio.

Así las cosas, podemos observar que existen en la región algunas derechas que han llegado al poder por la vía democrática y que, independientemente de sus reales pensamientos e intenciones, toleran – por ahora – la convivencia con sus vecinos progres, o reformistas o revolucionarios, o como se los quiera denominar.

Otras derechas, delirantes y antidemocráticas a más no poder, se instalaron al modo en que lo hicieron en Honduras y en Paraguay, como anclajes norteamericanos para encarar la desestabilización de las democracias populares y progresistas, abortar el proceso de integración de la Patria Grande y ejecutar futuras tropelías saqueadoras de nuestros recursos naturales.

Estas últimas derechas, a las que debemos agregar las que no logran acceder al poder político formal por las urnas y la totalidad de las corporaciones mediáticas que representan los más desenfrenados y voraces intereses de las derechas regionales y globales, son las que – con una violencia inusitada – acusan de tiranías populistas a los gobiernos populares y democráticos latinoamericanos, y trabajan sistemáticamente para socavar sus respectivas legitimidades.

Ahora bien, en los países con estos (nuestros) gobiernos tiránicos, totalitarios y crueles, como los tildan, no existen presos políticos, no hay periodistas amenazados, reprimidos ni asesinados, la libertad de prensa es absoluta y soportan hasta lo intolerable los insultos y las mentiras de las oposiciones y de la prensa. No puede decir lo mismo el gobierno de Honduras, ni el del paraguayo Federico Franco.

Por su parte, el gobierno chileno tiene que abortar sus acciones violatorias de los derechos humanos contra la población mapuche y las represiones contra los estudiantes.

Nuestros gobiernos integracionistas han repudiado los golpes institucionales – todos de derecha, por obra y gracia de la divina providencia -, han reconocido y respetado a los gobiernos de derecha surgidos de elecciones limpias, y ahora todo parece indicar que, por expreso pedido del Paraguay para retornar a la comunidad latinoamericana, el Mercosur, la Unasur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) recibirán/recibiremos con los brazos abiertos a nuestros hermanos paraguayos, conducidos por el Partido Colorado, elegido democráticamente; una fuerza de derecha que no quiere que su país quede aislado del colectivo de la América Latina. La expulsión de Paraguay del Mercosur, luego del golpe “franquista”, parece que ha sido muy pedagógica. Igual habrá que esperar para ver si el gobierno del Partido Colorado está realmente dispuesto a aceptar y a respetar las reglas de juego democrático pactadas en nuestras organizaciones regionales.

Es entonces indiscutible la profunda y coherente convicción democrática de nuestros gobiernos acusados de tiránicos, totalitarios, demagógicos y populistas por las oposiciones internas – por derecha y por izquierda – y por la acción destituyente y golpista acicateada hasta la locura por las corporaciones mediáticas, con el acompañamiento indigno, rastrero y abyecto de las oposiciones atávicas, salvo honrosas excepciones.

También es indudable que, para las grandes empresas periodísticas, los gobiernos derechistas de Latinoamérica son todos ejemplos de virtudes republicanas y democráticas y rebosan de honestidad por todos los poros, promoviendo el regreso a las políticas económicas y financieras neoliberales de los 90. Es lo que los argentinos del siglo pasado llamábamos hacer pipí fuera de la pelela.

Surge también de estas reflexiones que sin el despliegue propagandístico destituyente de la gran prensa, trasnacional y global de hecho, es casi imposible que nuestros pueblos voten opciones de derecha. Las grandes corporaciones mediáticas son entonces el arma de destrucción masiva de la integración latinoamericana y de nuestras democracias progresistas.

En definitiva, podemos concluir que las derechas de la región no son todas exactamente lo mismo – aunque se parezcan demasiado -, que no puede quedar ninguna duda que democratizar los medios de comunicación es una tarea urgente e irrenunciable para todo gobierno popular y democrático latinoamericano, tanto como lo es democratizar los sistemas judiciales decimonónicos que constituyen la última fuente de legitimación de las corporaciones y de garantía de la impunidad total y absoluta de sus crímenes.

¡Uyyy, los patitos! ¿Dónde están mis patitos? Bueno, no solo no están en la fila. Ya ni están.

En fin, lo de persuadirlos, lo dejamos para otra ocasión.

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Por: Héctor Garófoli | Desde Mendoza, Argentina
09|05|2013

FSM: Solidaridad con trabajadores y pueblo de Siria

La Federación Sindical Mundial (FSM) condena enérgicamente los continuos ataques aéreos israelíes contra Siria durante los últimos días.

Los recientes ataques israelíes son un episodio más de la campaña imperialista contra Siria. El principal objetivo de los imperialistas es el control de las riquezas de la región, las rutas de transporte de energía y de materias primas, la cuota del mercado, el debilitamiento de la influencia económica y política que otras potencias rivales tienen en la región.

La Federación Sindical Mundial expresa su solidaridad internacionalista con los trabajadores y el pueblo de Siria y hace hincapié en que el pueblo sirio solamente, y de nadie más, tienen derecho a decidir sobre su presente y futuro.

La visita de Obama y la Costa Rica que no es


Han pasado unos cuantos días desde que nos visitó el presidente de los Estados Unidos. El Gobierno preparó sus mejores galas, limpió San José y se hizo todo para que Costa Rica pareciera lo que no es.

Entre el feriado, poder ver a “La bestia” y ver el avión presidencial, perdimos de vista que presenciamos un montaje para ocultar a la Costa Rica de carne y hueso. También vimos el esfuerzo de crear una imagen de un país bonito, limpio y ordenado que solo es accesible para deleitar los ojos las élites políticas internacionales.

Podemos preguntarnos ¿por qué los costarricenses no podemos tener esto todos los días? ¿Por qué solo hay voluntad política para “arreglar” Costa Rica por unas cuantas horas y no para solucionar efectivamente los problemas?

En una entrevista concedida a Telemundo, el señor Obama habla sobre lo visto en Costa Rica y comenta, entre otras cosas, que nuestro país está haciendo grandes progresos, que es un campeón en derechos humanos y además, un campeón en democracia. No estoy seguro si fue un elogio por compromiso o si fue la típica “ceguera” usual del “primer mundo”, incapaz de aceptar su cuota de responsabilidad sobre la marginalidad de los países de América Latina.

Estos comentarios son bastante oportunos para la presidenta peor evaluada de la región que sin duda los utilizará hasta el cansancio para mostrar que las cosas no están (tan) mal. Sin embargo, no se puede evitar la pregunta ¿cuál Costa Rica es la que están viendo? O mejor dicho ¿cuál Costa Rica quieren que veamos?

Es difícil ver los grandes progresos cuando nuestro gobierno (y los gobiernos predecesores) no ha mostrado tener voluntad política para buscar soluciones a los problemas más importantes del país. Más allá de la retórica y de las estadísticas “maquilladas”, la pobreza y la desigualdad continúan creciendo. ¿Cómo vamos a ver progreso si tampoco hay esfuerzos reales por tener una infraestructura vial moderna o una urbanización planificada?

Somos un país que se autodenomina “verde” pero en la realidad no se busca una mayor acción para proteger los recursos naturales. Nos consideramos un país que depende del turismo, pero los que menos se benefician son las personas que viven cerca de las zonas turísticas, y los que más son los grandes empresarios y o las transnacionales con beneficios estatales que se desearían las pymes.

Tampoco somos campeones en derechos humanos. Nuestro gobierno no cumple los tratados internacionales de derechos humanos, su posición frente a la fertilización in vitro o la negación al matrimonio entre personas del mismo sexo, lo comprueban. O también las violaciones sistemáticas a los derechos de los pueblos indígenas de nuestro país.

Campeones en democracia tampoco somos, excepto que como democracia consideremos el acto de marcar con una X cada cuatro años. La expresión pública es cada vez más condenada y la represión policial cada vez es más fuerte. Si hacemos un análisis en retrospectiva, la movilización social se ha criminalizado, y bajo la excusa del libre tránsito, se legitima la represión. Es curioso ver cómo se penaliza que los costarricenses reclamen los derechos en las calles, pero no se ve con malos ojos y ni siquiera se cuestiona que el centro de la capital estuviese prácticamente clausurado a los propios costarricenses solo por la seguridad de un presidente.

Da la impresión de que el Gobierno considera al pueblo ciego y se afana en ocultar lo que es imposible de esconder, pero los problemas del país no solo deben “maquillarse”, tienen que resolverse. El obierno saliente difícilmente haga en menos de un año lo que no ha hecho en tres; sin embargo, hay temas pendientes de una respuesta pronta. Tenemos que decidir si vamos a seguir permitiendo que nos engañen con promesas y discursos embellecidos, o si vamos a luchar por la Costa Rica que debemos tener.

Ariel Calderón González
Estudiante de sociología UCR

Boston y más allá: terrorismo dentro y fuera del país

Abril, generalmente, es un mes alegre en Nueva Inglaterra, con los primeros signos de la primavera y el duro invierno en retroceso. Pero no este año.

Todo esto fue trastocado por las bombas en el Maratón de Boston el 15 de abril, y la tensa semana que siguió a aquellos acontecimientos. Varios de mis amigos se encontraban en la línea de meta cuando estallaron las bombas. Otros viven cerca del lugar donde Dzhokhar Tsarnaev, el segundo de los sospechosos, fue capturado. El joven oficial de policía Sean Collier fue asesinado justo enfrente donde se encuentra el edificio de oficinas donde trabajo.

Es raro para los occidentales tener el privilegio de ver directamente lo que otros muchos experimentan todos los días, por ejemplo en un remoto pueblo de Yemen, la misma semana en que ocurrieron los atentados de Boston.

El 23 de abril, el activista y periodista yemení Farea Al-Muslimi, que ha estudiado en una escuela secundaria estadounidense, testificó ante un Comité del Senado de los Estados Unidos que, justo después de los atentados del Maratón, un ataque aéreo en su pueblo natal en Yemen causó varias víctimas mortales.

El ataque aterrorizó a los aldeanos, convirtiéndolos en enemigos de los Estados Unidos, algo que ni la propaganda yihadista había podido lograr. Los vecinos del pueblo admiraban a los Estados Unidos, dijo Al-Muslimi al Comité, pero “Ahora cuando piensan en Estados Unidos lo hacen con miedo a que los aviones sobrevuelen de nuevo sobre sus cabezas. Lo que los radicales no habían logrado con anterioridad en mi pueblo, lo ha logrado en un instante un ataque aéreo”.

Así que otro triunfo del Programa Mundial de Asesinatos del Presidente Obama, que genera odio hacia los Estados Unidos y supone una mayor amenaza para sus ciudadanos que la rapidez con la que se asesinan a personas de las que se sospecha pueden suponer un peligro para nosotros hoy en día.

El objetivo del asesinato perpetrado en el pueblo yemení era el de inducir el máximo terror en la población, cuando fácilmente se podía haber detenido al sospechoso, siendo éste muy conocido, dijo Al-Muslimi. Esta es otra característica habitual de las operaciones terroristas a nivel global.

No había forma directa de prevenir los asesiantos de Boston. Pero hay algunas maneras fáciles de prevenir posibles acciones futuras: no incitarlos. Esto también es válido para otro caso de asesinato de un sospechoso, un cuerpo eliminado sin autopsia, cuando fácilmente podía haber sido detenido y llevado a juicio:; Osama bin Laden.

Este asesinato tuvo también consecuencias. Para localizar a bin Laden, la CIA puso en marcha una campaña fraudulenta de vacunación en un barrio pobre, que luego, sin haber finalizado la anterior, fue trasladada a una zona más rica, donde se pensaba que el sospechoso podía estar.

La operación de la CIA violó principios tan antiguos y fundamentales como el juramento hipocrático. Así mismo, se puso en peligro a los trabajadores sanitarios que formaban parte de un programa de vacunación contra la polio en Pakistán, varios de los cuales fueron secuestrados y asesinados, lo que llevó a la ONU a cancelar esta campaña.

La artimaña de la CIA también dará lugar a la muerte de un número indeterminado de paquistaníes que han sido privados de la protección de la vacuna de la polio, porque temen que los asesinos extranjeros pueden aún seguir explotando los programas de vacunación.

El científico Leslie Roberts de la Columbia University Healtj estima que este incidente puede ser la causa deunos 100.000 casos de polio, según dijo a la revista Scientific American “la gente dirá que la causa de esta enfermedad, de que este niño esté tullido, se debe a que los Estados Unidos actuó de forma irresponsable para capturar a Osama bin Laden”.

Y la gente puede reaccionar en el caso de que se sientan agraviados en la manera en que produzcan en sus verdugos consternación e indignación.

Y consecuencias más graves podrían haberse producido. Las fuerzas de operaciones especiales (SEAL) de la Marina de los Estados Unidos tenían órdenes de atacar para evitar su salida. Pakistán tiene un ejército bien entrenado y comprometido en la defensa del Estado. Si se hubiera enfrentado a los invasores, Washington no los habría dejado a su suerte. Al contrario, habría actuado la máquina de matar estadounidense para rescatarlos, lo que posiblemente podría haber llevado a una guerra nuclear.

Hay una larga y muy instructiva historia que nos cuenta la disposición de los gobernantes a arriesgar la vida de sus ciudadanos, a veces de forma grave, en aras de sus objetivos políticos, y no sólo por parte del Estado más poderoso del mundo. No nos damos cuenta del peligro que corremos.

No es el momento de tratar este asunto ahora. Pero bien podemos informarnos a través de un libro del periodista de investigación Jeremy Scahill: “Guerras sucias: el mundo es un campo de batalla”.

Scahill revela escalofriantes detalles describiendo los efectos sobre el terreno de las operaciones militares estadounidenses, ataques terroristas desde el aire (drones) y las hazañas del Comando Conjunto de Operaciones Especiales, que creció mucho desde la Presidencia de George W. Bush, y que ha acabado convirtiéndose en el arma preferida del Presidente Obama.

Hay que tener en cuenta la astuta observación del activista y autor Fred Branfman, que casi sin ayuda expuso los horrores de las guerras secretas de los Estados Unidos en Laos en los años 1960, extendiéndose más allá.

Considerando la máquina de matar y el uso de los drones, Branfman nos recuerda el testimonio ante el Senado en 1969 de Monteagle Stearns, subjefe de la misión estadounidense en Laos entre 1969 y 1972.

Al preguntarle por qué los Estados Unidos intensificó sus bombardeos después de que el Presidente Johnson ordenase un alto el fuego en Vietnam del Norte en 1968, Stearns dijo: “Bueno, teníamos todos esos aviones asentados en las inmediaciones y no podíamos dejarlos sin nada que hacer” – por tanto los usamos contra campesinos pobres de las remotas aldeas del norte de Laos, que tuvieron que esconderse en cuevas para poder sobrevivir, incluso penetrando en las cuevas con nuestra avanzada tecnología. (Léase el testimonio en: https://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/06/18/cuando-chomsky-lloro/)

El Comando de Operaciones Especiales y los drones son máquinas de generar terror a medida que crecen y se expanden, convirtiéndonos en objetivos potenciales a medida que se extienden por gran parte del mundo. Y el poder Ejecutivo no va a querer tenerlos solamente sentados.

No estaría de más contemplar este trozo de la historia, al finalizar el siglo XX.

En su libro Policing America’s Empire: The United States, the Philippines and the Rise of the Surveillance State, el historiador Alfred McCoy explora en profundidad el proceso de pacificación de Filipinas después de la invasión de los Estados Unidos, en la que murieron miles de personas fruto de la barbarie y la tortura.

Los conquistadores establecieron un sofisticado sistema de vigilancia y control, utilizando la tecnología más avanzada para asegurar la obediencia, con una consecuencias en Filipinas que todavía se dejan sentir en la actualidad.

Y como demuestra McCoy, no pasó mucho tiempo antes de que estos éxitos también se aplicasen en casa, donde se emplean tales métodos para controlar a la población mediante vuelos interiores de una forma más suave, pero no por ello más atractiva.

Podemos esperar más de lo mismo. Los peligros de un poder monopolizado y no regulado, especialmente del Gobierno, no son nada nuevo. La reacción correcta no debiera ser el consentimiento pasivo.

Noam Chomsky es Profesor (retirado) del Instituto MIT. Es autor de numerosos libros y artículos sobre asuntos internacionales y temas socio-políticos, y participa desde hace mucho tiempo en movimientos activistas.