La Caja, sí nuestra CAJA, la que nos cura, la que nos atiende la que nos contrata… pobre institución, fue encarnada en ideas de verdaderos patriotas-visionarios, en los alientos de socialistas-comunistas y republicanos, fue parida con dolor, dado que significó, un modelo que obligaba a tantos a contribuir- a crear una línea de equidad en cuanto al acceso a la salud, fue criada como a los pobres de toda la tierra “de a poquitos”, se ha desarrollado como los peones de bananera-cafetal u hortaliza, con salarios paupérrimos, la han estafado- tiene tantos morosos incobrables, como pulgas un “zaguate callejero”, y la han poblado de tecnócratas que dicen que la van a administrar, sin hacer lo que se ocupa, pero realizando lo que realmente les indican para cerrarla, para dividirla y para transformarla en un emporio de negocios familiares que hagan del concepto de la salud un conducto comercial. Sí eso es la CAJA, tal vez usted lo lee y le adjunte más a la presentación, pero renglones más o menos esa es la historia que persiste, y que esperamos esta nueva administración cambie.
Pues bien el tema de hoy es doña Ileana, si la señora Balmaceda, esa que el Gobierno de Laura Chinchilla desde el año 2010, le encomendó ser la Presidenta Ejecutiva, esa que se llenó de palabras contra los empleados públicos que trabajamos en la C.C.S.S. llamándonos bajo todos los calificativos, pero de calidad denigrante, doña Ileana es la dama, que dijo que éramos caros, que ponemos la institución en un precipicio financiero, ella la que por largas jornadas derrochó, la autenticidad del dignatario que gobierna para resolver, esa era doña Ileana una figura creada y vendida al pueblo como la que “en caballo de plata y armadura quijotesca, salvaba la CAJA”. Que mazo de mentiras… todo era buscando popularidad política, resultó tan conflictiva, tan común en su patrón de comportamiento, que ella incentivó la crisis, atizó la misma, y luego apareció con el agua bendita para decir que su mano salvadora nos tiene asegurado “un milagrillo neoliberaloide”.
Ella impuso su mano dura, contra… perdón no contra el Estado deudor, nunca contra los patronos morosos, siempre fue la agresora de los trabajadores, nunca dimensionó que la Salud de un pueblo no se expresa como una fórmula de gasto, siempre debe ser vista como inversión social, pero era mucho pedirle, ella es encomendada, soldado de avanzada de teorías que quieren privatizar la salud. Doña Ileana Balmaceda, se va… ojala todos los gerentes renuncien son parte del problema, han demolido la CAJA. Para cerrar la nota, es imposible pensar que por un acuerdo de la casi finiquitada, Junta Directiva de la Caja y su Presidencia Ejecutiva, se apliqué el incremento del 65% de la base salarial a quienes ejercen cargos de Dirección General a partir del 1° de Junio, pregonó que la CAJA estaba en banca rota, pero resulta que encontraron el orden presupuestario para beneficiarse, o sea, si alguno o algunos de los de arriba, emigran a sus anteriores cargos en Direcciones de Hospitales, su peculio, es beneficiado, con milimétrico cálculo. Aseguran su estatus, se recetan porcentajes mayúsculos en comparación al decimal (0,47%) que reciben el resto de los mortales.
Esperamos gente visionaria, cuyo proceso de trabajo, diste mucho de quienes por décadas han implementado modelitos abstractos, alejados de la realidad, nos apuntamos por jerarcas efectivos en estos minutos de cambio.
Rodrigo López García
ANPE
6 de mayo de 2014