Entrevista a Roberto Gallardo: Cortina de humo de un gobierno incompetente


Echarle la culpa a otros, es lo que hizo el señor Roberto Gallardo, Ministro de Planificación en la administración Arias – quien sustituyó a Kevin Casas a raíz del escándalo del memorando del miedo durante la campaña del Sí al TLC – y nuevamente ocupando esa cartera en el actual gobierno de Laura Chinchilla, en una entrevista que publicara La Nación el domingo 17 de noviembre, típico de gobiernos incompetentes y mediocres, que pretenden atribuir a otros sus propias torpezas, falta de claridad y compromiso político con los ciudadanos.

En momentos en que el Informe del Estado de la Nación señala el incremento de la desconfianza en los partidos políticos y el gobierno, resulta cínico echarle la culpa a los ambientalistas y a las organizaciones de trabajadores, los sindicatos, de “frenar” el “avance del país”, cuando son las políticas neoliberales impuestas por los gobiernos de turno, los escandalosos casos de corrupción denunciados o no, el autoritarismo, los que han creado una enorme desigualdad social, la exclusión de las grandes mayorías. Está más que justificado el paupérrimo apoyo ciudadano a este gobierno.

En una democracia el Gobierno tiene el cometido de gobernar para el pueblo, no para sus millonarios amigos y grandes corporaciones nacionales y transnacionales, privatizando instituciones públicas y eliminando derechos a todos los ciudadanos, incluidos los trabajadores, porque los hombres y mujeres que trabajan también son ciudadanos.

Cuando los sectores sociales y populares manifiestan su descontento, acuñan el término ingobernabilidad, porque el pueblo no deja gobernar como ellos quieren. Un ingrediente más en el gran pastel de desaciertos del desafortunado gobierno saliente. Señor Ministro de planificación, ¡¡Costa Rica requiere soluciones no excusas o pretextos!!!

La pésima administración gubernamental, la corrupción y la politiquería, es lo que frena el avance del país. Si bien es cierto, los evasores son un problema fundamental, lo que no dice el Ministro, es que los grandes evasores son precisamente del gran sector empresarial que es beneficiado con grandes privilegios, que le exonera del pago de aranceles de importación y exportación mediante las zonas francas y el TLC.

Si algo ha perjudicado la democracia es la corrupción que se genera desde las altas esferas políticas de gobierno, empantanada, porque que los impuestos que se recaudan no se invierten en desarrollo y sí en millonarias consultorías, alquiler de edificios de empresarios y políticos, concesiones cuestionadas y sospechosas, jugosos salarios para presidencia ejecutivas, gerencias y diputados, así como sonados actos de corrupción como el de “la trocha”, entre muchos otros.

Ahora, en el tema de “planificación”, que le compete directamente al Ministro Gallardo pues se supone que para eso se le contrató, para planificar, es evidente que “su” planificación contempla un único punto de vista, el de los grandes empresarios y transnacionales. “Su” visión de país va encaminada a fortalecer a los sectores bancarios empresariales, aunque estos sectores no contribuyan con el desarrollo del país y solo busquen acrecentar sus abultadas “billeteras”.

Cuando el Ministro Gallardo habla sobre el problema de la brecha entre ricos y pobres no dice absolutamente nada, porque en materia de planificación toda la riqueza que produce nuestro país va directo a los bolsillos de unos pocos mientras la gran mayoría de la población costarricense se empobrece más.

Finalmente, para no variar, Gallardo propone como solución a los problemas de “su” trabajo que la Asamblea Legislativa cambie el Reglamento de debates para liquidar, de una vez por todas, cualquier vestigio de democracia y que los proyectos neoliberales del sector de ricos empresarios se imponga sin mediar ningún tipo de discusión, análisis o debate. Una cosa es el debate y otra sus estructuradas mesas de ”diálogo” para justificar la imposición de políticas públicas nocivas.

Vivimos en dos países diferentes señor Gallardo, portavoz del sector empresarial, el país de la inmensa mayoría de costarricenses que ve como se le limitan, cercenan y constriñen sus derechos y sus condiciones de vida y el suyo y el de “su gente” sus jefes, que ven como las políticas neoliberales acrecientan sus negocios y sus billeteras a costa del trabajo y la vida de la clase trabajadora. Son dos países diferentes, son dos clases sociales, los ricos y los pobres.

De ninguna manera extraña que los políticos – empresarios desde La Nación, “han puesto a decir” al Ministro Gallardo lo que justamente querían que dijera y forma parte de la “campaña” sistemática contra la organización sindical y ciudadana que defiende los derechos humanos y los recursos naturales.

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Martín Chinchilla C.
Martín Rodríguez E.

¡¡Continuamos con la lucha!!


UNDECA EN DEFENSA DE LOS DERECHOS LABORALES DE LOS TRABAJADORES Y DE LAS TRABAJADORAS DE LA CCSS!!!

La lucha en defensa de los derechos humanos laborales no termina, quienes nos desgobiernan están empeñados en destruir todos los derechos y el Estado Social que costó miles de vidas en los años 40´s.

La organización y lucha por vida digna, salarios dignos, vivienda, trabajo, salud y educación continúa y debemos fortalecerla aún más, la unidad de todos los trabajadores y de todas las trabajadoras es fundamental para lograr triunfos importantes contra el modelo neoliberal que pretende acabart con todo.

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Martín Rodríguez E.


Con la privatización de los 36 Ebais y el cierre de 9 que administraba la Universidad de Costa Rica (UCR) en convenio con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el gobierno empresarial de Liberación Nacional da un paso más hacia la destrucción de la salud pública.

Son muchos los actos de corrupción, ampliamente documentados e informados por la prensa nacional, en los cuales miles de millones de colones de la seguridad social han sido robados sin que hasta la fecha se pudiera recuperar nada. Son miles de millones de colones que adeuda tanto el Gobierno central como el Estado y los grandes empresarios. Son miles de millones de colones despilfarrados en compra de equipos inservibles, construcción deficiente de edificios, alquiler de edificios y consultorías privadas, miles de millones que pagamos todos y todas las costarricenses, que nunca se recuperarán.

Nada justifica la privatización de servicios de salud, ni siquiera desde el punto de vista financiero, está demostrado en los costos de los Ebais del Proyecto PAIS administrados por la UCR y lo que van a tener que pagarle a la empresa privada universitaria que atenderá a menos personas y brindará menos servicios.

Pero contrario a una buena y eficiente administración, lo que buscan es privatizarlo todo, destruir a la Caja mediante concesiones y privatizaciones.

La huelga de los y las trabajadoras de los Ebais de Montes de Oca, Curridabat y La Unión es una acción legítima de defensa de los servicios de salud públicos y en defensa legítima de su derecho al trabajo.

La entrega de estos Ebais a una empresa privada de educación que NO TIENE ninguna experiencia en salud, y mucho menos en salud pública, no es más que la aplicación de un modelo que ha demostrado, en muchos países, que es cruel e inhumano. Estados Unidos de América es un ejemplo de ello, más de 50 millones de personas no tienen derecho ni a una pastilla para el dolor de cabeza, mucho menos a operaciones o trasplantes, miles mueren en la calle porque las empresas privadas de salud no los atienden si no pagan, Obama está en una encrucijada tratando de imponer el servicio público mínimo de salud para esos más de cincuenta millones de personas. Pero también están los ejemplos de Colombia, Alemania, España y muchos países más.

Por eso la defensa de los Ebais, que el gobierno liberacionista y su representante en la Presidencia Ejecutiva de la Caja pretenden entregar a la empresa privada, es fundamental para la defensa de la salud pública en Costa Rica. Es tan solo “la punta del iceberg”, el objetivo son todos los Ebais del país.

El negociazo no es nada despreciable, son miles de millones que pasarán al bolsillo de unos cuántos, a costa de la enfermedad de más de 190 mil personas de esas tres zonas del país y muchos miles de millones más por todos los centros de salud pública.

La defensa de la salud es la gran lucha del pueblo costarricense, se debe dar ya!, antes de que sea tarde.

INTERNACIONALES: Puertorriqueños por libertad e independencia


Muchas gentes pensarán que los puertorriqueños no queremos la independencia para Puerto Rico porque solo recibe el 3% de los votos en las elecciones en Puerto Rico. Pero como dicen los buenos periodistas, hay que ir por detrás de la noticia para entender los titulares. Eso equivale a entender la historia.

Puerto Rico es una colonia de Estados Unidos (EEUU) por resultado de una invasión militar en 1898. En el año anterior de la invasión, Puerto Rico había logrado su autonomía de España por virtud de la Carta Autonómica. Puerto Rico era parte de España, con su gobierno propio en el 1897. Puerto Rico actualmente no es parte de Estados Unidos por lo que le impediría tener de verdad una autonomía como algunos dicen. Puerto Rico le pertenece a Estado Unidos. Esta relación se conoce bajo la ley internacional como una colonial. Puerto Rico no es una democracia como también algunos dicen porque otra nación, Estados Unidos, nos gobierna.

Toda colonia existe para explotarla, y Puerto Rico no ha sido una excepción. Si estudias los 115 años de nuestra historia colonial con Estados Unidos te darás cuenta que todo lo ocurrido ha sido para el gran beneficio de Estados Unidos y para un gran desastre para nosotros. Tanto ha sido este desastre y explotación que hemos sufrido que por primera vez en la historia, hay más puertorriqueños fuera de nuestro territorio nacional que dentro. Pedro Albizu Campos nos dijo que, “Los Americanos lo que les interesa es la jaula y no a los pájaros.” ¡Que muchos nos hemos ido de Puerto Rico obligados por las terribles condiciones producidas por el coloniaje! ¡Cuántos nos hemos ingresados en el ejército de Estados Unidos por la falta de oportunidades en nuestra patria! ¿Sabía usted que Estados Unidos recibe más gente de Puerto Rico ingresando a su ejército que de alguno de los 50 estados que compone su nación? ¿Se deberá esto al patriotismo estadounidense o la desesperación puertorriqueña?

La independencia de todo país es natural. Por eso es que la gran mayoría de países son independientes. ¿Por qué solo el 3% de los puertorriqueños queremos la independencia para Puerto Rico?

Estados Unidos ha sistemáticamente castigado a los patriotas puertorriqueños que se han atrevido a luchar por la independencia de Puerto Rico. Para dar solo algunos ejemplos de cómo EEUU castiga a los independentistas se podría mencionar: las masacres de Rio Piedras, Utuado, Ponce, los asesinatos del Cerro Maravilla y Filiberto Ojeda Ríos, y la encarcelación del prisionero político con más tiempo en la cárcel (32 años) Oscar Lopez Rivera. ¡Puerto Rico tiene 4 oficinas del “Federal Bureau of Investigation” (FBI) cuando en algunos estados de Estados Unidos no tiene ni siquiera uno!

La Organización de Naciones Unidas le ha pedido a Estados Unidos en 32 resoluciones que descolonice a Puerto Rico. El coloniaje es un crimen en contra de la humanidad bajo la ley internacional por entenderse que el mismo es una amenaza a la paz mundial. Estados Unidos ha ignorado estas resoluciones por la cual se ha convertido en un criminal habitual de un crimen internacional. Estados Unidos se cree estar por encima de la ley internacional. Estados Unidos no cree en la justicia para todos por haber mantenido por 115 años a Puerto Rico como su colonia. Estados Unidos no cree en la democracia por ignorar resoluciones a favor de que Estados Unidos inmediatamente descolonice a Puerto Rico. Estas resoluciones han sido aprobadas en los últimos años por más del 90% de las naciones que componen la Organización de Naciones Unidas.

Por todo lo antes dicho, tenemos que protestar pacíficamente y continuamente hasta que se logre la descolonización de Puerto Rico bajo las reglas y la supervisión de la Organización de Naciones Unidas.

El sábado 23 de noviembre de 2013 habrá una gran protesta pacífica por la excarcelación de Oscar Lopez Rivera. La misma está convocado por el grupo 32 x Oscar y el Comité Pro Derechos Humanos de Puerto Rico. Caminaremos desde el Tribunal de Estados Unidos en Puerto Rico a la 1 PM hasta el Estadio Hiram Bithorn en Hato Rey. ¡Demostremos que nosotros creemos en los derechos humanos, la justicia para todos y la democracia de verdad! De lo contrario, seriamos también parte del problema.

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Many people might believe Puerto Ricans do not want independence for Puerto Rico because only 3 percent of the voters choose it in the elections. But, like good news reporters say, “You have to go behind the news to understand the headlines”. Said in a different way, you have to understand the history.

Puerto Rico is a colony of the United States (US) by virtue of a military invasion in 1898. A year before the invasion, Puerto Rico had gained her autonomy from Spain via the Autonomic Charter. Puerto Rico was a part of Spain, but she governed herself without interference from Spain. Puerto Rico is currently not part of the United States, which makes it impossible for her to have autonomy like some may say. Puerto Rico belongs to the United States. This relationship is a colonial one according to international law. Puerto Rico is not a democracy as some may also say, because another country, the United States, governs us.

All colonies exist for exploitation, and Puerto Rico has not been an exception. If you study the 115 years of our colonial relationship with the United States you will find that it has been greatly beneficial for the US, while it has been disastrous for PR. So much so has the disaster been for PR that, for the first time in history, there are more Puerto Rican out of PR than in. Pedro Albizu Campos warned us about that when he said that, “The Americans are interested in the cage, and not the birds.” How many of us have left our homeland to escape the hardships produced by colonialism! How many of us have join the United States Armed Forces to escape this hardship produced by design! Did you know that the United States military recruits more Puerto Ricans than in any of her own 50 states? Are Puerto Ricans more patriotic to the US than her own citizens in the 50 states, or are we just more desperate?

The desire for Independence for all nations is natural. That is why most countries are independent. Why then, only 3 % of Puerto Ricans want independence for Puerto Rico?

The United States government has systematically punished Puerto Ricans who have fought for the independence of their homeland. To just state a few examples of this punishment, we could include: the massacres of Rio Piedras, Utuado, and Ponce, the assassinations of Cerro Maravilla and Filiberto Ojeda Rios, and the incarceration for 32 years of Puerto Rico political prisoner Oscar Lopez Rivera. Puerto Rico has 4 Federal Bureau of Investigation (FBI) offices, while there are states of the Union that does not have even one!

The United Nations (UN) has asked the United States in 32 resolutions to decolonize Puerto Rico. The UN considers colonialism a crime against humanity because it threatens world peace. The United States government, on the other hand, has ignored these resolutions and therefore has become a habitual criminal of this international crime. The US government believes that it is above international law. The US does not believe in justice for all by maintaining Puerto Rico as her colony for the last 115 years. And the US does not believe in democracy when she ignores 32 resolutions asking her to decolonize PR. In recent years, these resolutions have had the endorsement of over 90% of the nations that comprise the UN.

On Saturday November 23, 2013, we will have a peaceful protest in Puerto Rico for the liberation of our patriot and political prisoner Oscar Lopez Rivera. The protest is sponsored by the group 32 x Oscar and The Pro Human Rights Committee of Puerto Rico. We will march from the US Courthouse in Puerto Rico at 1 PM to the Hiram Bithorn Stadium in Hato Rey. Let’s show the world that we do believe in human rights, justice for all and democracy. To do the contrary would be to become ourselves part of the problem.

«Los Ebais debe asumirlos la Caja, no una empresa privada»



UNDECA respalda acciones en defensa de los Ebais de Montes de Oca, Curridabat y La Unión que pretenden privatizar entregándoselos a una empresa privada y saturando aún más los servicios de clínicas y hospitales.

“Estos Ebais los debe asumir la Caja, la salud es responsabilidad Constitucional del Estado mediante la CCSS, pero algunos pretenden seguir engordando las billeteras de los mercaderes de la enfermedad entregándoselos a una empresa privada y eso no lo vamos a permitir. La defensa de la salud de nuestro pueblo debemos darla todos y todas, ciudadanía y organizaciones sociales y sindicales porque es nuestra responsabilidad impedir que lleguemos a niveles como los de los Estados Unidos en donde más de 50 millones de personas no tienen seguridad social”, dijo Luis Chavarria Vega, Secretario General de UNDECA.

Sudáfrica se desmarca

NUEVA YORK – Una vez más los noticieros hablan de los acuerdos internacionales de inversión. Los Estados Unidos están tratando de imponer un fuerte pacto de inversión dentro de los dos grandes acuerdos que se denominan “acuerdos de asociación”, uno trasatlántico y otro transpacífico, que en la actualidad se encuentra en etapa de negociación. Sin embargo, existe una creciente oposición a tales negociaciones.

Sudáfrica ha decidido detener la renovación automática de los acuerdos de inversión que se firmaron a principios del período postapartheid, y ha anunciado que rescindirá algunos de ellos. Ecuador y Venezuela ya rescindieron los suyos. India dice que va a firmar un acuerdo de inversión con los EE. UU. únicamente si se cambia el mecanismo de resolución de controversias. Por su parte, Brasil nunca ha firmado ningún acuerdo.

Hay buenas razones para esta resistencia. Incluso en los EE.UU., los sindicatos de trabajadores y las organizaciones medioambientales, de salud, desarrollo y otras organizaciones no gubernamentales se han opuesto a los acuerdos propuestos por los EE. UU.

Los acuerdos podrían inhibir significativamente la capacidad de los Gobiernos de los países en desarrollo para proteger a su medioambiente de las empresas mineras, a sus ciudadanos de las empresas tabacaleras que, teniendo conocimiento, proveen un producto que causa muerte y enfermedad, y a sus economías de los productos financieros catastróficos, que jugaron un papel tan preponderante en la crisis financiera mundial del año 2008. Estos acuerdos restringen a los Gobiernos, incluso en lo que se refiere a establecer controles temporales para los desestabilizadores flujos de capital de corto plazo, que frecuentemente han causado estragos en los mercados financieros y han impulsado las crisis en países en desarrollo. En efecto, los acuerdos se han utilizado para cuestionar las acciones de los Gobiernos, que van desde la reestructuración de la deuda a la discriminación positiva.

Los defensores de este tipo de acuerdos aseveran que son necesarios para proteger los derechos de propiedad. Sin embargo, países como Sudáfrica ya tienen fuertes garantías constitucionales para los derechos de propiedad. No hay ninguna razón para que los bienes de propiedad extranjera estén mejor protegidos que los bienes de propiedad de los propios ciudadanos de un país.

Es más, si las garantías constitucionales no son suficientes para convencer a los inversores del compromiso que asume Sudáfrica con relación a la protección de los derechos de propiedad, los extranjeros pueden contratar un seguro de expropiación suministrado por el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (una división del Banco Mundial) o por numerosas organizaciones nacionales que suministran dicho seguro. Los estadounidenses, por ejemplo, pueden comprar un seguro de la Corporación de Inversiones Privadas en el Extranjero.

Sin embargo, de todos modos, aquellos que apoyan los acuerdos de inversión no están realmente preocupados por la protección de los derechos de propiedad. El verdadero objetivo es restringir la capacidad que tienen los Gobiernos para imponer regulaciones e impuestos a las corporaciones, es decir, el verdadero objetivo no es solamente defender los derechos, sino que es restringir la capacidad que tienen los Gobiernos para imponer responsabilidades. Las corporaciones están tratando de alcanzar de manera subrepticia – a través de los acuerdos comerciales negociados en secreto – lo que no pudieron lograr en un proceso político abierto.

Incluso, la idea de que estos acuerdos tienen el objetivo de proteger a las empresas extranjeras es un ardid: las empresas con sede en el país A puede establecer una filial en el país B para llevar a cabo una demanda judicial contra el Gobierno del país A. Los tribunales norteamericanos, por ejemplo, sistemáticamente han dictado sentencias que indican que las corporaciones no deben ser compensadas por la pérdida de ganancias provenientes por un cambio en las regulaciones (mediante expropiación denominada “expropiación regulatoria”); sin embargo, dentro del marco de un acuerdo de inversión típico, ¡una empresa extranjera (o una empresa estadounidense, que opera a través de una filial extranjera) puede exigir una indemnización!

Peor aún: los acuerdos de inversión permiten a las empresas demandar judicialmente a los Gobiernos por cambios regulatorios perfectamente razonables y justos: por ejemplo, en casos en los que las ganancias de una empresa de cigarrillos se vieran reducidas debido a una regulación que restringe el uso del tabaco. En Sudáfrica, una empresa podría demandar si se considera que sus ganancias netas podrían verse perjudicadas por los programas diseñados para abordar los remanentes del racismo oficial.

Existe una presunción de larga data sobre la “inmunidad soberana”: los Estados pueden ser demandados judicialmente únicamente bajo circunstancias limitadas. Sin embargo, los acuerdos de inversión, como los respaldados por los Estados Unidos, exigen que los países en desarrollo renuncien a esta presunción y permitan que se dicten sentencias en juicios, aplicando procedimientos que se encuentran muy por debajo de los que se espera que se apliquen en las democracias del siglo 21. Tales procedimientos han demostrado ser arbitrarios y caprichosos, y no proporcionan una forma sistémica para conciliar resoluciones incompatibles emitidas por diferentes foros. Mientras que los defensores argumentan que los tratados de inversión reducen la incertidumbre, las ambigüedades e interpretaciones contradictorias de las disposiciones de dichos tratados han incrementado la incertidumbre.

Los países que han firmado este tipo de acuerdos de inversión han pagado un precio muy alto. Varios de ellos han sido objeto de demandas judiciales de gran magnitud, y han tenido que realizar pagos enormes. Inclusive, se han visto demandas judiciales que exigían que los países cumplan con contratos firmados por Gobiernos anteriores, no democráticos y corruptos, aun cuando el Fondo Monetario Internacional y otras organizaciones multilaterales habían recomendado la abrogación de dichos contratos.

Inclusive en los casos en que los Gobiernos de los países en desarrollo salen victoriosos de las demandas judiciales (demandas que han proliferado considerablemente en los últimos 15 años), los costos de los litigios son enormes. El efecto (deseado) es enfriar los esfuerzos legítimos que realizan los Gobiernos por proteger y hacer progresar los intereses de sus ciudadanos al imponer regulaciones, impuestos y otras responsabilidades a las corporaciones.

Además, para los países en desarrollo que fueron lo suficientemente tontos como para firmar tales acuerdos, la evidencia es que los beneficios provenientes de los mismos, si los hubo, fueron muy escasos. Según un estudio realizado por Sudáfrica, se determinó que este país no había recibido inversiones de importancia de los países con los que había firmado acuerdos, pero que sí había recibido inversiones de importancia de aquellos países con los que no tenía acuerdos firmados.

No es de extrañar que Sudáfrica, después de un estudio cuidadoso de los tratados de inversión, haya decidido que, como mínimo, dichos acuerdos deberían ser renegociados. Hacer esto no es un acto en contra de las inversiones, es un acto a favor del desarrollo. Y es un acto esencial, si es que el Gobierno de Sudáfrica desea aplicar políticas que satisfagan de la mejor manera las necesidades de sus ciudadanos y de la economía del país.

En efecto, al esclarecer mediante la legislación nacional cuáles son los tipos de protección que se ofrecen a los inversores, Sudáfrica está demostrando una vez más – como ya lo ha venido haciendo en varias ocasiones desde la aprobación de su nueva Constitución en el año 1996 – el compromiso que tiene con el Estado de derecho. Los propios acuerdos de inversión se constituyen en las más serias amenazas al proceso de toma de decisiones democráticas.

Se debería felicitar a Sudáfrica. Se espera que otros países sigan su ejemplo.

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Joseph E. Stiglitz, premio Nobel de Economía, se desempeña como catedrático en la Universidad de Columbia. © Project Syndicate.